Si ya la humanidad consigue que desaparezca esta especie animal (por el calentamiento del clima, según el artículo del Standaard), me parece que más urgentemente se debiera de preocupar por la extinción de las monarquías, los emperadores y los reyes y todos los de su clase. La ventaja para estos es que pueden seguir viviendo. Con tal de que se conviertan en personas más o menos 'normales', ya me daré por satisfecho. Las soluciones de la revolución rusa y la francesa no creo que sean necesarias. [foto © 2010 Entrelector/Dwarslezer]
En Nepal hemos visto lo poco que cuesta echar una monarquía y declararse una república (El País, 29 de mayo de 2008). ¡Buen ejemplo! diría yo.
Bien es cierto que para muchos de esta clase, que nunca han aprendido a trabajar, les será difícil encontrar un empleo decente en estos tiempos de crisis, pero por otro lado sus familias han amontonado tanto dinero en el curso de su actividad (¿pasividad?) feudal, que tendrán tiempo de sobra para aprender un trabajo útil al nivel de sus capacidades intelectual y de su inteligencia.
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