Negociando con golpistas, pues, es obvio que no se obtiene justicia. Lo mismo se aplica al Imperio. El pacto que la semana pasada consiguieron Obama y Clinton en Honduras, a través de su viceministro de Asuntos Exteriores Thomas Shannon, está podrido. No tiene porqué sorprendernos. Como ya escribí en un artículo anterior (Honduras: La victoria del "smart power") no se puede dialogar con un criminal régimen golpista que robó el poder ilegalmente y por la fuerza. La estrategia del Smart Power de Washington intentó engañar al mundo haciéndonos creer otra cosa. Muchos se la creyeron. Por suerte, el pueblo de Honduras, unido en el movimiento de resistencia, no lo hizo, y sigue fuerte en su lucha por la justicia, sin reconocer las próximas elecciones presidenciales planeadas para el 29 de noviembre. Actualmente, el único gobierno que hasta ahora ha declarado aparentemente que reconocerá esas elecciones como legítimas, es el de Estados Unidos, a pesar de que el Presidente Manuel Zelaya no ha sido restaurado al poder - repito: Zelaya no ha sido restaurado al poder. El ministerio de Asuntos Exteriores [de EE.UU.] lo dejó claro en varias declaraciones de estos últimos días. Para Washington, el "final de la crisis" de Honduras fue la firma forzada de ese "acuerdo" fraudulento el día 30 de octubre.
El único punto conflictivo y en realidad el único punto importante es la restauración de Zelaya en la presidencia. Washington manipuló un acuerdo - a través de sus tácticas del Smart Power - que no requeriría la restauración al poder de Zelaya, sino únicamente un debate al respecto por el Congreso. Exacto, ese mismo Congreso que falsificó la carta de resignación de Zelaya para así justificar el golpe de estado y el mismo Congreso que ilegalmente instauró al poder al dictador Roberto Micheletti.
Ahora el régimen golpista ha decidido la creación de un "gobierno de unidad y reconciliación", dirigido por ninguna otra persona que... ¡¡¡Roberto Micheletti!!! ¡Y Washington lo aceptará como un "día de orgullo para Honduras"!
Increíble. De todos modos, sólo quería escribir un artículo rápido sobre este tema, teniendo en cuenta que precisamente muchos llamados izquierdistas y progresistas han celebrado el "acuerdo" negociado por Washington la semana pasada, los mismos de hecho que criticaron mi anterior artículo sobre la victoria
del Smart Power de Washington, reprochándome que "intentaba echar la culpa de todo a los EE.UU.". Tened en cuenta los hechos. Ni siquiera hace falta mencionar el papel de Washington en el golpe de estado, basta mirar el proceso de las "negociaciones". ¿Qué gobierno impuso la mediación, al mediador, legitimando así el régimen golpista, impuso más tarde el "acuerdo", aplaudiéndolo antes de su ejecución? Sólo uno: el de los Estados Unidos de América.
Los hechos hablan por sí mismos.
¡¡¡Viva la resistencia hondureña!!!
Este artículo fue publicaco en inglés por Eva Golinger en su blog Postcards from the Revolution.
Traducido por Entrelector.
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