La intervención militar española –junto a la de otros países de la UE-, en el Océano Índico, tiene la finalidad de dar protección militar al expolio de los recursos pesqueros somalíes por parte de las flotas pesqueras europeas. No existen convenios internacionales para la realización de esta actividad por la flota pesquera vasca, no existe compensación económica para Somalia, y, además, no se aplica ninguna limitación a la avaricia de las flotas pesqueras europeas que utilizan todo tipo de artes –ilegales en otras zonas- que esquilman los recursos marinos de la zona, poniendo en grave peligro su capacidad de reproducción y sostenimiento.
Al tiempo, la UE aprovecha para instalar su presencia militar en el occidente africano, en una zona de importantes recursos estratégicos -y de tránsito imprescindible del 60% del petróleo mundial-, que son disputados por las distintas potencias imperialistas. En esa misma línea expansiva Francia ha instalado recientemente una nueva base militar en Abu Dhabi.
El Gobierno Zapatero ha sido un entusiasta impulsor de esta estrategia militar en el Índico, y desde el primer momento en que se inició la campaña de propaganda sobre esta cuestión se aprestó a desplazar varias unidades de la armada a la zona. Esta acción está coordinada con el PNV como representante de los armadores vascos que saquean estas aguas del Índico frente a Somalia. Y tuvo el apoyo de todo el Parlamento español.
Recientemente, y superando todo lo hecho hasta ahora, el Gobierno Zapatero ha autorizado –y además cofinancia- la presencia de mercenarios privados en los barcos pesqueros utilizando armamento de guerra, cuya avanzadilla es la empresa de seguridad del fascista José Luis Roberto, dueño y dirigente del partido/empresa España 2000
Por tanto el Gobierno español ha recurrido a instalar corsarios en la zona, como estrategia de gestión de los intereses económicos que representa.
Además del saqueo pesquero, son numerosas las denuncias que acusan de la realización de todo tipo de vertidos tóxicos en el Índico –incluso los de tipo nuclear.
Esta actuación de las flotas pesqueras, que roban los recursos del litoral africano, se extiende a todas las costas del continente; con una participación destacada de las pesqueras españolas –entre ellas, y en primer lugar, PESCANOVA. Las consecuencias inmediatas de este robo son el empobrecimiento de las poblaciones pesqueras ribereñas y la destrucción de su precario sistema económico de vida. Esos pescadores empobrecidos son quienes protagonizan estas acciones contra quienes les roban lo que les pertenece.
También la UE ha firmado con Marruecos, en varias ocasiones, acuerdos pesqueros carentes de toda legitimidad desde el punto de vista internacional. Así las empresas pesqueras españolas participan en este ilegal saqueo del banco pesquero en aguas saharauis.
La retención del Alakrana es consecuencia lógica de toda esta línea de intervención. El PCPE expresa su solidaridad a las familias de los pescadores en estos momentos tan difíciles para ellas por el riesgo para la vida de la tripulación; mientras los armadores sólo arriesgan una reducción de sus ganancias.
Cuando se invade, se roba y se destruyen los recursos de un país –en este caso, además, mucho más débil que el agresor- es normal que su población recurra a cualquier estrategia de defensa de su soberanía.
En este caso el Gobierno Zapatero, queriendo ganar posición en la cadena imperialista mundial, secuestra a dos somalíes en aguas internacionales y monta una parodia de juicio con la que pretende emular las acciones del imperialismo yanki en Guantánamo. En este caso el mono no es naranja sino blanco, pero se utilizan las mismas técnicas de secuestro, inmovilización, aislamiento sensorial y negación de la legitimidad de quienes se enfrentan al robo y a la invasión militar de las aguas de su soberanía.
Estas posiciones aventureras finalmente se vuelven en su contra, y el Gobierno se encuentra en un callejón sin salida en un proceso de negociación en el que terminará cediendo en todo lo que dice que no cederá como posición de principio, ante la presión social producto de la preocupación por la vida de la tripulación del Alakrana. El coste político de la pérdida de vidas en esta situación el gobierno, hoy por hoy, no está dispuesto a asumirlo.
La solución a esta situación pasa por:
- La finalización inmediata de todas la labores pesqueras que no estén sometidas a la legalidad internacional y que no respeten el derecho internacional marítimo.
- El cese del vertido de todo tipo de basuras y residuos en las aguas litorales africanas.
- El establecimiento de convenios económicos voluntarios –basados en el principio del beneficio mutuo- sobre la base del reconocimiento de la soberanía de los países africanos sobre sus recursos materiales.
- La renuncia del Gobierno de España a su estrategia imperialista como recurso para tratar de mantener el decadente proceso de acumulación capitalista.
¡Por el internacionalismo proletario fin al saqueo del continente africano, fuera las tropas y las armadas europeas del Índico!
¡Por la soberanía y la autodeterminación de los pueblos africanos, fin a las políticas neocoloniales!
¡Viva Somalia libre de injerencias imperialistas
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