A André Rouvoet, vice primer ministro (del partido cristianofundamentalista ChristenUnie) parece que le haya molestado que no apareciera tanto en la prensa como Balkenende y Bos. Por eso esta semana él también mintió algo, en puro estilo simplificado. Comentó que todos los neerlandeses van a sufrir las consecuencias de las (llamadas) medidas para combatir la crisis de la banda de Balkenende, y "está claro que eso no va sin 'ay'." (Nederlands Dagblad del 5 de marzo de este año)
Yo me atrevo a garantizar que su real Bea y su familia no van a sentir nada de todas esas medidas. Y que no intenten hacernos creer que esta gente esté sufriendo con la población neerlandesa, porque eso no me lo creo en absoluto. Sólo hace falta ver cuanto dinero despilfarran (p.e. en Argentina), y con cuanta facilidad llevan una vida de lujo a espensas nuestras (y encima exigir que le hablemos de 'majestad'. ¡Para vomitar!) ¿O se habría referido Rouvoet exclusivamente a los que sólo tenían la nacionalidad neerlandesa, y no se aplica eso a Bea & Cía? Por un artículo en el Provinciale Zeeuwse Courant de anteayer resulta desde luego que el ministro Van der Laan no se ha querido pronunciar sobre una posible doble nacionalidad de Beatrix.
Tampoco los principales culpables de la crisis (banqueros, directores, accionistas y comisarios) van a sentir nada de las medidas anti-crisis. Ayer se supo que el banco ING también esta año va a regalar miles de bonificaciones (de Volkskrant, ayer). Wouter Bos, quien entretanto ya ha dado garantías por un valor de 40 mil millones de euros (por supuesto a costa de los contribuyentes) al ING, no está de acuerdo con esas bonificaciones (de Volkskrant, ayer), pero dice que no puede hacer nada para remediarlo. Es de notar que el mes pasado no hizo nada para efectuar una moción del parlamento, en la que se exigía que ejerciera presión sobre los bancos con respecto a la política de bonificaciones (de Volkskrant, ayer). Entretanto el presidente de la dirección del ING, Jan Hommen, ha hecho saber que la distribución de bonificaciones podría ser deshecha, pero que le resulta demasiado complicado (Elsevier, 6 de marzo de 2009). Y como ese Hommen es una persona demasiado desagradable como para anular esas bonificaciones, ahora la población neerlandesa sencillamente habrá de ser exprimida un poco más aún.
Y mientras se estén distribuyendo esas bonificaciones a los grandes culpables de la miseria (y a sus cómplices), los cristianohipócritas de Donner & Cía. están anunciando hambre y adversidades a la clase obrera (moderaciones salariales, la continuación del empeoramiento de la legislación para los desempleados), a los enfermos (ahorros en la asistencia sanitaria y en la asistencia doméstica) y a los mayores (rebaja de pensiónes, alza de la edad para la jubilación, ahorros en la asistencia sanitaria y doméstica). Total, ese Donner sólo ve una fantástica oportunidad en la crisis para imponer las medidas que ya estaba intentando realizar desde hace algún tiempo, todo para contentar a sus compinches capitalistas.
Como primera medida para combatir la crisis quisiera proponer la reintroducción de la picota medieval y poner allí a todos los culpables y sus cómplices durante una semana en cada una de las grandes ciudades neerlandesas. Tal vez comprendan por las reacciones de la población lo que han causado. Y quizás resulte entonces que la población hubiera preferido ver la reintroducción de la guillotina...
Lo que me pregunto es si ya no hace falta saber hablar un poco decentemente para poder meterse en la política. ¿O es que Rouvoet piensa que uno se sienta más feliz cuando va con un 'ay' en vez de que uno se siente exprimido?
No le iría mal a Rouvoet leer un poco sobre el lenguaje simplicado. Podría empezar con el artículo Nijntje-taal voor vmbo'ers blijkt juist onbegrijpelijk [Lenguaje Miffy precisamente resulta incomprensible para alumnos de VMBO {± FPI}] en Trouw del 4 de febrero de este año.
Pero tal vez se ha quedado estancado en el programa electoral 2006 de la Christenunie: "El gobierno fomenta el uso sencillo y cuidado del neerlandés como lengua administrativa y como lengua cultural y cotidiana".
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