El artículo siguiente, escrito por Jorge Luis Ubertalli *), fue publicado ayer en CubaDebate:
Sesenta y cinco líderes mundiales se reunirán del 8 al 18 de diciembre en Copenhagen, Dinamarca, para participar en una Reunión Cumbre de la ONU referida al cambio climático. Estados Unidos, emisor del 25% de los gases de ”efecto invernadero” del globo, no confirmó la presencia de Barack Obama al evento, aunque este se comprometió, debido a las presiones mundiales, a reducir las emisiones de CO2, pareciendo contravenir la política climaticida de su antecesor, George W. Bush, quien, conjuntamente con su par australiano, nunca aceptó las reglas del Protocolo de Kyoto de 1997.
Sin embargo, además de emitir los ya conocidos gases que modifican el clima mundial, EE.UU. inició a principio de los años 80, bajo la férula del Pentágono, el denominado Programa de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP), destinado a provocar la modificación de la temperatura mundial en el marco de la ”guerra climática”.
Preocupación y calamidades
En el marco de un informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas que sostiene que el calentamiento global puede llegar a 7º C en el 2100, provocando un aumento del nivel del mar de mas de 60 metros; de la posición del Senado norteamericano que plantea tratar el tema del cambio climático (reducción de gases) recién en el 2010 y de la preocupación de la Unión Europea en relación a la ”oferta” que hagan EE.UU. y China en sintonía con la emisión de los gases invernadero, se realizará la reunión de Copenhaguen. Según se pronostica, ya está condenada al fracaso y parece ser que recién en el 2010, cuando se realice la próxima cumbre en México, habrá alguna novedad sobre el tema.
Mientras tanto, es más que probable que los principales emisores de gases no tomarán en cuenta en la ONU la posición de los países del ALBA (Bolivia, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador, Martinica y Barbuda) quienes en la última Cumbre de Cochabamba decidieron presentar un documento de Defensa de la Madre Tierra, ni tampoco las propuestas de reducir emisiones que se esbozaron en la última Cumbre de la FAO, llevada a cabo en Roma hace pocos días.
Ni que decir de las denuncias de Africa, continente sometido como ningún otro a la modificación climática. Allí, más de 70 millones de personas se hallan amenazadas por sequías e inundaciones, al igual que el 30% de su infraestructura costera, y los miembros de los países del continente vinculados a la Unión Africana (UA) ya han decidido solicitar en Copenhaguen una ayuda a los países ricos de entre 67 mil a 300 mil millones de dólares para paliar la situación crítica continental. ”Africa es el continente menos responsable del cambio climático, pero es el que mas será sacudido” planteó hace tres años Nick Nutall, portavoz del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Nada o muy poco se ha hecho desde entonces. Los pobres siempre pagan los platos rotos de la borrachera depredadora capitalista.
HAARP
Mientras el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon se halla en este mismo momento solicitando a los países ricos que inviertan en los próximos 3 años 30.000 millones de dólares en los países pobres para contrarrestar los efectos del cambio climático, una ”aurora negra”, engendrada a principios de los 80 en los EE.UU. sigue en pié. Formando parte del proyecto militar concebido por Ronald Reagan y sus halcones pentagonales como ”Star Wars” (Guerra de las Estrellas), bautizada como Iniciativa Estratégica de Defensa (SDI), se concibió, en el contexto del ”poder espacial” y manipulación ”del clima”, el Programa Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP), basado en Gukoma, Alaska, y llevado a cabo por la Armada y la Fuerza Aérea de los EE.UU en el marco de ”una nueva generación de armas sofisticadas”. El almirante Carlile Trost, Jefe de Operaciones Navales en 1988; el general John Piotrowsky, un año antes comandante en jefe del US Space Command y el general Colin Powell, en trabajos publicados a inicios de los 80, fueron algunos de los padres de esta criatura.
”Según escribió en The Times de Londres el 23 de noviembre del 2000 la Dra. Rosalie Bertell, ‘científicos estadounidenses están trabajando con sistemas climáticos como armas potenciales’.”- sostuvo en abril del 2001 el autor de esta nota en la revista local En Marcha, editada por la Asociación Judicial de Buenos Aires (AJB). ”Los métodos incluyen la intensificación de tormentas y la diversión de corrientes de vapor en la atmósfera terrestre para producir sequías o inundaciones dirigidas.
La científica agregó que el HAARP ‘forma parte de un sistema integrado de armamentos que tiene consecuencias ecológicas potencialmente devastadoras’ aunque ha sido presentado a la opinión pública como un programa ‘de investigación científica y académica”’. Siempre según Bertrell, el proyecto consistía en producir grandes cantidades de energía, similares a las de una bomba atómica, en cualquier parte del planeta, por medio de haces de rayos laser y partículas. Y culminaba: ”el proyecto será probablemente ‘vendido’ al público como un escudo espacial contra la entrada de armas al territorio nacional o, para los mas ingenuos, como un sistema para reparar la capa de ozono”.
Ya a fines de los 90, la representante sueca en el Parlamento Europeo, Maj Britt Theorin, había inquirido en una reunión de Bruselas sobre el Programa en cuestión, y el mismo Parlamento Europeo, en una Moción de Resolución, se quejó entonces de la reticencias de los EE.UU. a ”prestar evidencia a la audiencia pública, sobre los riesgos medioambientales y públicos del Programa HAARP.”
Mas de quince sitios on line vinculaban en el 2007 a este Programa con experimentos relacionados con la modificación de climas haciendo eje en la manipulación de la ionósfera. En Venezuela, organizaciones denunciaron en su momento al Programa HAARP como causante de las inundaciones de fines de los 90.
La revista mensual Fusión vinculó en el 2003 al HAARP con el cambio climático del Niño, azote hasta hoy de Bolivia. En este momento, este fenómeno afecta a unas 10 mil familias bolivianas. Granizos, heladas, sequías y fuertes lluvias se alternan en eso de subvertir la vida humana y la naturaleza. El Consejo Nacional para la Reducción de Riesgos, Atención de Desastres y Emergencias (CONARADE), ya invirtió 3 millones de dólares, de los 6,6 millones con que cuenta, para atender a las familias y zonas afectadas.
Se habla del cambio climático, pero desasociado con la guerra de climas, producto del clima de guerra que viven los belicistas norteamericanos para mantener su hegemonía mundial a sangre, fuego… inundaciones, sequías y otras calamidades
Obama no sólo debería hacerse presente en Copenhaguen para definir la situación de su país en cuanto a la reducción de gases, sino para aclarar en qué consiste y para qué se ha creado el HAARP, perla negra del Pentágono en el océano de la barbarie.
*) El autor de este artículo, Jorge Luis Ubertalli, es periodista y escritor argentino, colaborador de Prensa Latina.
Copiado con permiso de CubaDebate.
Foto: saketvora (flickr.com)
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