Quedarán ya pocos que aún no se han enterado de cómo el neoliberalismo está acabando con los derechos de la clase obrera, cuya conquista nos ha costado décadas de sacrificios y esfuerzos a nosotros y a nuestros padres. En vez de permitirnos el justificado disfrute del valor de nuestro trabajo, nos rebajan los salarios, las pensiones, las prestaciones por desempleo y los servicios sociales. Y este desempleo, quede claro, no se debe a nosotros, sino a los errores estructurales del capitalismo.
No nos dejemos engañar, la crisis todavía no ha pasado por lo peor, y si hay pequeñas mejoras sólo son mejoras imaginadas y sobre todo manipuladas, p.e. por una interpretación diferente de las cifras, lo que se llama "contabilidad creativa".
Tampoco nos dejemos tomar el pelo por toda la telebasura, los circos del fútbol, del tenis o del ciclismo, ni por los noticieros manipulados. Intentan hacernos creer que p.e. los furiosos trabajadores griegos sólo son unos vagos y unos anarquistas (y los anarquistas, ya nos lo han repetido una y otra vez, sólo son unos terroristas; otra de tantas mentiras de la desinformación sistemática en nuestras 'democracias'; 'democracias' en las que la minoria riquísima determina el destino y los sufrimientos de la enorme mayoría trabajadora). O cuando el metro de Madrid está parado por una huelga general, proclamada sin la ayuda de los sindicatos, sólo nos ofrecen comentarios de transeuntes que han perdido más tiempo de viaje para poder ir a trabajar, sin explicar lo injusto y lo inhumano de las 'medidas de austeridad' del régimen de turno.
Son precisamente los trabajadores del metro madrileño, los de Euskadi, los de Francia, y p.e. los basureros neerlandeses que -sin la ayuda de los sindicatos reformistas (si ya apoyan las acciones de los trabajadores es a última hora al enterarse de que estén perdiendo su influencia entre los trabajadores)- nos están defendiendo contra los abusos de la Unión Europea, que a pesar de sus bonitas palabras, sólo se preocupa por los intereses del empresariado; esta UE que regala decenas de miles de millones de euros a la banca, sacados directamente de los bolsillos de los trabajadores, que cada vez más vuelven a su papel medieval de esclavos.
Quien todavía no comprendiera la importancia de las acciones de los trabajadores, que lea los puntos que señala el colega bloguista Rebeldes en la Estrella de la Muerte en su artículo Huelga de Metro, a ver si la peña se entera de ayer.
Acabemos de una vez con la dictadura neoliberal de la Unión Europea y de los regímenes de sus países miembros. Si hoy seguimos aceptando las mentiras de su prensa controlada, mañana puede ser demasiado tarde. Hemos de comprender lo que vemos en el mundo real, los abusos, los "ajustes" unilaterales (rebajas de los salarios, prestaciones y pensiones para los trabajadores, y crecimientos astronómicos de las bonificaciones de los 'corbatas' del empresariado) y no hemos de aceptar las mentiras y -lo que es peor- las verdades tergiversadas y manipuladas de los medios de comunicación que sólo nos repiten "la voz de su amo", la internacional capitalista.
Este dibujo es del dibujante político neerlandés Albert Hahn. Lo hizo con ocasión de la huelga ferroviaria de 1903 en los Países Bajos, y no ha perdido nada de su significado. El texto dice:
Todo el engranaje estará parado
si lo quiere vuestra poderosa mano.
Y así es. Los trabajadores con nuestra propia fuerza lo podemos conseguir todo, siempre que seamos solidarios unos con otros y que comprendamos lo que está pasando en el mundo, cómo están abusando de nosotros.
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