lunes, noviembre 10, 2008

¿Cuándo va a desaparecer el último resto de nuestra vida privada?

Más de una vez ya he señalado los riesgos de toda clase de mangoneadoría de nuestras autoridades, como p.e. con respecto a la tarjeta inteligente para el transporte público (véanse mis artículos Tarjeta inteligente para el transporte público - ¿timo o espionaje? del 8 de mayo de 2.007, y La internacional neoliberal y nuestra propia vida del 30 de junio de 2.007).
A pesar de todas las protestas contra la violación de nuestra vida privada (y la insuficiente protección de las tarjetas utilizadas) el CBP
[Consejo para la Protección de Datos Personales] ha aceptado la introducción de la tarjeta inteligente para el transporte público, porque "las empresas invocan investigaciones científicas de que es importante para la satisfacción de los clientes y para las ganancias informar a la gente" [y cualquier habitante de la Unión Europea, que es TAN libre, sabe que todo lo demás ha de ceder antes las ganancias] (Webwereld del 27 de octubre) y a partir de principios del 2.009 en Rotterdam ya no se podrá viajar en autobús, tranvía o metro con la hasta ahora habitual tarjeta multiviaje (Webwereld del 30 de octubre).

Ahora que ya todos los que tienen un teléfono móvil pueden ser localizados en toda Europa (y quién sabe donde además), mientras que de todo el mundo se registra en los bancos donde utilizamos nuestras tarjetas bancarias (y teóricamente las autoridades podrán reclamar estos datos), mientras que todos los que llevan una matrícula en su vehículo (motocicleta, coche) pueden ser registrados por una de las muchas cámaras en las calles, plazas y carreteras (aunque por suerte aquí todavía no se ha llegado al extremo de Gran Bretaña), dentro de poco también se podrán seguir nuestros pasos por la tarjeta inteligente para el transporte público. También existe una tarjeta 'anónima', pero es más cara - y si la compras con tu tarjeta bancaria no cuesta mucho relacionar esa tarjeta anónima con tu tarjeta bancaria (que no es anónima).

Antes (hasta digamos hace una quicena de años) pensaba -a pesar de las canalladas del servicio secreto neerlandés BVD [ahora AIVD, pero igual de ruin] y la actitud repugnante de la autoridades con respecto a los comunistas- que las autoridades neerlandesas en general eran dignas de confianza.
No obstante, después de las petrañas con las antenas UMTS (ver p.e. mi artículo ¿Hasta cuándo seguirá siendo cómplice de este asesinato alevoso el régimen de La Haya? del 25 de junio de este año) y las mentiras y el veleteo alrededor de la participación neerlandesa en las guerras coloniales Bushianas (ver p.e. mi artículo Nueva sangre en las manos de Balkenende y del parlamento neerlandés del 13 de enero de 2.008), ya no tengo ninguna confianza en las autoridades neerlandesas como tal (lo que no dice nada sobre mi posible confianza en numerosos funcionarios del gobierno).

Entretanto también nos han regalado a todos un "Burgerservicenummer" [literalmente: número de servicio para el ciudadano] que por supuesto no tiene que ver nada con servicios para los ciudadanos, pero que sí sirve para que se puedan combinar todos nuestros datos en toda clase de bases de datos (ver mi artículo El código BSN y otras novedades horripillantes del 15 de diciembre de 2.007).

Y el invento más reciente es el EPD (Expediente Digital de Paciente). Bien es cierto que todavía no ha sido aprobado por el parlamento (el ministro Klink de Salud Pública (&c) lo dice así en su carta: "La Primera y la Segunda Cámara [Senado y Parlamento] primero tienen que aprobar la proposición de ley."), pero a pesar de ello ya le ha parecido necesario informar a todos los habitantes de los Países Bajos con una carta "A los habitantes de esta dirección" (lo que me pregunto es ¿quién vive en una dirección? La mayoría de nosotros vivimos en una vivienda, pero no en una dirección. Pero dejémoslo, comprendemos lo que quiere decir el ministro, es un miembro de la banda de Balkenende y entonces no se puede esperar mucho.)

En esta carta nos promete más o menos una mejora de la asistencia sanitaria (menuda falta hace después de la introducción de la ZVW, la ley de la asistencia sanitaria!) y el intercambio de los datos de los EPD's -según nos promete Klink- se realizará "de manera segura y sólida". Aparentemente el ministro no sabe mucho de la violabilidad del tráfico internáutico, porque si lo supiera no se habría atrevido a afirmar eso tan categóricamente (o quizás esté simplemente mintiendo, como lo hace regularmente su jefe Balkenende). El 6 de noviembre
Webwereld dedicó un artículo elocuente a la página web insegura del EPD. Y aquel mismo día se supo que en EE.UU. millones de EPD's había sido jaqueados por hackers, que amenazan con publicar los datos de los expedientes. (Webwereld del 7 de noviembre)

Aún dejando aparte los riesgos de filtraciones en los EPD's, existe otro riesgo, que ya se menciona por encima en la carta de Klink: "Al final una ley obligará a los aseguradores de la asistencia [sanitaria] a conectar."(Klink no señala lo que tendrán que conectar, pero me imagino que quiere decir que SE tendrán que conectar.)
Gracias a la ZVW, esos aseguradores de la asistencia sanitaria son las mismas compañías de seguros a las que hemos confiado nuestros seguros de vida, funerarios, de hipoteca, coches, etc. Imagínate que consultas a tu médico de cabecera sobre los riesgos del alcoholismo, y que la próxima vez que tienes que renovar el seguro de tu coche de repente se ha duplicado la prima, aunque nunca conduces tu coche después de beber tan sóla una gota de alcohol.

Como ya se han de guardar (y están guardando) los datos de nuestro tráfico telefónico y de nuestros correos electrónicos -y quién sabe qué más- estará claro porqué estoy preocupado por nuestro último poco de vida privada...

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