Puede que el gran público todavía no se haya enterado, pero el número sociofiscal neerlandés (el número SOFI), que hasta ahora utilizaron las administraciones pagadoras de prestaciones y los servicios de hacienda, el día 26 de noviembre de este año se vio substituído por el "burgerservicenummer", el BSN (traducción literal: número de servicio para los ciudadanos).
La ventaja de este nuevo número, según las autoridades es "que usted con este número puede ponerse en contacto con cualquier taquilla de las autoridades." Pero también, y es lo que señala la frase siguiente, "Gracias al BSN las organizaciónes del gobierno podrán ejecutar más sencillamente los intercambios ya existentes de datos."
Parece todo muy sencillo y lógico, porque sólo se trata de "intercambios ya existentes de datos". Lo que no se explica es que estos datos, que anteriormente se tenían que pedir con una petición especial por caso individual ahora están disponibles para todo tipo de organismos con sólo apretar un botón.
Y aún así todo no sería tan grave, SIEMPRE QUE pudiéramos tener confianza en las autoridades y los servicios del gobierno. Pero estos últimos años se ha demostrado que los servicios del gobierno no merecen nuestra confianza (recordad p.e. el modo en que el IND [el Servicio neerlandés para la Inmigración y Naturalización] trató los datos privados de ciertos africanos expulsados). Eso tampoco nos ha de extrañar, cuando hasta el primer ministro pega una mentira a otra media verdad (pensad ya sólo en cómo con la mentira de una 'misión de reconstrucción' se decidió enviar a soldados neerlandeses a Afganistán para combatir allí durante dos años y como ahora, otra vez con las -aparentemente necesarias- manipulaciones se ha prolongada esta misión por dos años.
Aunque estoy convencido de que la gran mayoría de los funcionarios es honesta y concienzuda (conozco suficientes de ellos como para afirmarlo por experiencia propia), basta con que haya unos pocos malvados (como esos espías hace poco del ministerio del ministro Donner) para convertir este BSN en una bomba de efecto retardado bajo nuestra sociedad.
Esta tarde el programa para consumidores Kassa nos ofreció un clarísimo ejemplo de lo que puede ir mal cuando se cometen errores al registrar datos. Y en este caso sólo se trata de un error en una sola administración: los datos habían sido importados en un registro, pero no en el segundo, y precisamente a base de este segunto registro ahora se ha multado a varias decenas de personas injustamente.
Imagináos que semejante error ahora se transmita a todos los servicios del gobierno. De pronto te detienen (o peor) en el aeropuerto con un pasaporte supuestamente falsificado, porque tu fecha de nacimiento no es correcta - al menos no concuerda con la fecha en el padrón nacional; y todo eso sólo porque una solicitud tuya en un archivo nacional no ha sido importada correctamente.
Y no pensemos ahora en lo que puede pasar en el caso de funcionarios con intenciones criminales...
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