Como ya dijo Humpty Dumpty...

"Cuando yo uso una palabra," insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso, "quiere decir lo que yo quiero que diga, ni más ni menos."
"La cuestión," insistió Alicia, "es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes."
"La cuestión," zanjó Humpty Dumpty, "es saber quién es el que manda - eso es todo."

(Lewis Carroll, A través del espejo, capítulo VI)

Y así es... Los "ahorros" se llaman "reajustes" en vez de "robo a los que menos tienen para vivir" y "democracia" es la palabra mágica que justifica toda clase de manipulaciones y timos.

Hoy el diario gratis Spits mencionó (en la página 4 de su edición de papel) los acontecimientos de 1988 en Amsterdam, después de otro campeonato de fútbol. En el artículo se alegó que "contrario a lo que quiere un mito popular, en 1988 no se hundieron casas flotantes, pero que los habitantes sí sufrieron daños en sus casas."

Está claro que todo depende de cómo se define el concepto "hundir", pero viendo la foto al lado (que encontré en la web de Sportgeschiedenis.nl) pienso que lo que se ve no es otra cosa que un barco que se está hundiendo por el peso de la enorme cantidad de gentío que se ha subido a el...

Sin embargo supongo que será la intención de que las masas histéricas deben de poder llenarse de cerveza ilimitadamente para divertirse sin tener que preocuparse por las consecuencias de su repugnante comportamiento, ya que -como dice el Spits- el que se hubieran hundido casas flotantes, no es más que un 'mito popular'...


Añadidura del 9 de julio de 2010, 09:20:
De Volkskrant señala en un artículo del 2 de agosto de 1997, que al final sólo se hundió una casa flotanta por la violencia bruta de los fanáticos del fútbol aquel 26 de junio de 1988. Eso hace que la alegación del Spits sea gramaticalmente correcta (no 'se hundieron casas flotantes', sino 'se hundió una casa flotante'), pero por supuesto no la sugerencia de que no se hundiera ningúna casa flotante. Además el que sólo se hundiera una, no se debió al comportamiento civilizado de la chusma, como se ve clarísimamente en la siguiente toma videográfica de la violencia festiva: