Hace unos minutos oí en un boletín de noticias de la radio que el incendio en la prisión de Schiphol había sido provocado por uno de los 'presos'.
Esto constituye por supuesto una oportunidad perfecta para Donner, Verdonk y los otros cómplices de esta catástrofe para echarle la culpa a este 'incendiario'. Para no complicarse demasiado la vida no tienen en cuenta que aquí no se trata de un incendio por vandalismo, sino del acto de un desesperado (desesperado por la situación sin pespectiva, en la que se encontraba por la política antisocial de Balkenende & Cía.).
La responsabilidad principal de los once muertos y los muchos heridos la siguen teniendo el gabinete de Balkenende (por su legislación inhumana), por detalles el ministro Donner (que p.e. había decidido que las celdas no se pudieran abrir desde un punto central, para así 'evitar escapes'; quien como ministro de justicia también era responsable de su ministerio, que había ahorrado al máximo en los gastos de la vigilancia y que sin duda también habrá permitido que el contratista más barato construyera el complejo, y que por lo visto no se preocupaba demasiado de la seguridad dentro del complejo), Verdonk (que con un celo infatigable se sigue esforzando de forma increiblemente desalmada por deportar a personas que no quieren más que poder llevar una vida digna), y todos los demás que de una forma u otra han apoyado esta política. Está claro que aquí no me refiero a los carceleros o a los policías que detuvieron a las víctimas, sino a los parlamentarios / partidos que aprobaron la política actual y que la siguen apoyando.
Las soluciones inevitables son:
- el cese inmediato del gabinete de la Banda de Balkenende;
- a ser posible la persecución penal de los directa e indirectamente responsables de los 11 muertos, pero también de las otras víctimas de la política nefasta neerlandesa, como los que sufrieron por la documentación comprometedora entregada ilegalmente al régimen congoleño;
- la anulación inmediata (con retroactividad) de la inhumana legislación en el terreno de la política de asilo y una nueva legislación al respecto, en la que en primer lugar se deje de distinguir entre refugiados políticos y económicos. Al fin y al cabo también los refugiados 'económicos' sólo intentan escaparse de una política inhumana. A los que fueron deportados a base de la actual legislación, se les tendrá que conceder de inmediato un permiso de residencia en los Países Bajos, y los gastos de su viaje para volver a los Países Bajos han de correr por cuenta de las autoridades neerlandesas.
- una indemnización para las víctimas de la política nefasta de ahora.
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