Una banda de cabezas vacías consigue engañar a la población neerlandesa hasta el punto de que 'ganen' las elecciones. En vez de ponerse a gobernar, primero van a descansar 100 días (DICEN que quieren sondear las opiniones de la población, pero a mí no se me ha presentado ninguno de esos corbatas y dos piezas). Se pasean un poco aquí, toman un vaso de algo allí, de vez en cuando dan un apretón de mano y luego no cambia nada. Cualquier político decente (¿o es eso una contradicción in términis?) habría analizado primero, antes de las elecciones, lo que quieren los electores, pero por lo visto eso no hace falta en los Países Bajos. Todo lo que sale en la tele puede contar con el apoyo del consumidor - igual si se trata de boñigas desnaturalizadas que rejuvenecen la piel o algún carísimo yogur que te conviene, si antes de utilizarlo te sientes 'tan pffff'. Y así, por supuesto, también es con esa pandilla insípida, que los venideros meses se tapa el feísimo azul de las sillas de la Segunda Cámara...
Este último lunes la ministra Cramer ha declarado, después de una visita a Philips (la empresa que antes en el programa Arbeidsvitaminen de la radio pública siempre se denominaba como 'una fábrica de lámparas en el sur del país'), que ella está en favor de una prohibición de la venta de las lámparas incandescentes, porque en su opinión las lámparas compactas fluorescentes (CFL) son mucho mejores para el medio ambiente y 'para el monedero' (Metro de ayer).
Está claro que no hay nada en contra de que se preocupe por el medio ambiente, pero qué sentido tienen estas tonterías, si no se toman medidas contra una amenaza mucho mayor del medio ambiente (el automovilismo) y si p.e. (para limitarme a la iluminación) las autopistas neerlandesas por las noches están tan bien iluminadas que en cualquier punto al lado de estas autopistas uno puede sin esfuerzo leer el periódico, y cuando muchos campos deportivos y aparcamientos tienen una iluminación tan potente que es como si la luna se hubiera convertido en una supernova.
Por supuesto es muy difícil ver una relación, pero es una coincidencia demasiado casual que esta Cramer (¡apellido ominoso, que en un neerlandés anticuado significa 'comerciante'!) haya hecho esta declaración justo después de una visita a Philips, una empresa que muy por casualidad produce lámparas CFL, y que tendría un gran interés en una campaña de publicidad para aumentar las ventas. Y este aspecto cuadra mucho más con la mentalidad neoliberal del PvdA que una conciencia ecológica... Y el monedero mencionado seguramente será el de los accionistas de Philips (¿tendría ella tal vez acciones de Philips? ¿O amigos en la dirección?)
También leí ayer en la misma edición del Metro que algún productor de tapones de oído estaba preocupado por no conseguir convencer a la 'juventud disco' de la utilidad de los tapones de oído. "De todos lados se están señalando los riesgos, pero la juventud todavía se resiste mucho a ponerse algo en las orejas."
Puede que yo sea sencillamente un loco perdido, pero... si es tan arriesgado permanecer en una discoteca sin tapones de oído, ¿por qué no se confecciona una ley que limita al ruido en las discotecas? Entonces el productor de tapones de oído puede dejar de preocuparse por la pérdida de oído entre la 'juventud disco' y además se ahorraría mucha energía, ya que la producción de ese ruido también cuesta unos cuantos kilovatios de electricidad...
Y está claro que los que votan por los partidos y personas que sueltan tantas chorradas (o incluso quieren prestar atención a esas tontadas) son tan tontos como los llamados políticos que por atontados no saben hasta donde pueden ir - o que son tan cínicos que prueban hasta qué punto pueden ir hasta que el electorado se de cuenta de que se le están tomando el pelo...
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