Los obispos españoles están chantajeando a los políticos para que rechacen la nueva ley del aborto (gracias a la cual será menos difícil obtener un aborto) (Voz de Asturias del día 19 de este mes), y hasta amenazan con excomulgar automáticamente a los médicos que participen en un aborto (El Periódico Mediterráneo de la misma fecha).
Este es pues el punto de vista del mismo club que no consigue más que unas pocas palabras gratuitas sobre la paz, permitiendo así implícitamente la explotación capitalista y la masacre colonialista de grandes partes del mundo; el club que sí quiere que se produzcan niños casi de forma industrial, pero después apenas si se preocupa por el hecho de que muchos de esos niños en pocos meses o años se mueran de hambre. Es el mismo club que dice deplorar que muchos sacerdotes abusen de niños, pero que sin embargo hace todo lo posible para evitar que esos criminales en sotana sean perseguidos legalmente, trasladándolos (en Estados Unidos, ver El Mundo del 4 de abril de 2002) o borrando sus nombres en un informe sobre sus crímenes (hace poco en Irlanda, ver El País del 20 de mayo de este año).
Los obispos, refiriéndose a la nueva ley, hablan de una "fuente envenenada de inmoralidad e injusticia". Sin embargo, al respecto de 'inmoralidad e injusticia' yo más bien pienso en la actitud de algo más que el último milenio de parte de la iglesia católica, que sigue pensando que -basándose en una vieja colección de cuentos- tiene el derecho de dirigir el mundo entero, opinando que tenía el derecho de matar a personas que no estaban de acuerdo con las ideas de Roma sobre el cristianismo; opinando que la esclavitud era justificada, porque los negros serían una clase inferior de humanos (y además paganos); y que era tan cínica que después del año 1945 ayudaba a muchos criminales de guerra alemanes a escaparse de sus castigos supermerecidos, transportándoles ilegalmente a Latinoamérica.
La diferencia reside probablemente en el hecho de que los óvulos fecundados sean "seres indefensos (ABC del 19 de junio). Los musulmanes en los tiempos de las cruzadas, los herejes en los tiempos de la inquisición y los esclavos de hace unos pocos siglos por supuesto no eran 'indefensos', porque se podían 'defender' contra sus enemigos fuertemente armados - por eso ya no hacía falta que les protegiera la iglesia católica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario