sábado, octubre 02, 2010

Una ambición obscena (columna de Luuk Koelman)


Los números y las vidas humanas, a veces son difíciles de comprender. Así el ministro neerlandés de Salud Klink quiere reducir la "mortalidad evitable" entre los recién nacidos.

Eso se lo ha recomendado una comisión de sabios. En los Países Bajos cada año se mueren 1700 bebés durante o al poco tiempo de nacer. Cuatrocientos de ellos mueren 'evitablemente', es decir innecesariamente. Lo que me pregunto yo: ¿qué ministro de Salud necesita una comisión para que le recomiende reducir la mortalidad evitable entre los recién nacidos? ¿Hace falta recomendar a los bomberos que salven el máximo posible de vidas humanas?

¡Esperad! La recomendación también menciona cifras. La mortalidad evitable habrá de ser reducido de 400 a 200 por año. Esa le parece una buena ambición a la comisión. A mí más bien me parece una ambición obscena. ¿Se me permite hacer una comparación? Un edificio de oficinas está en llamas y 400 empleados se han tenido que refugiar en la azotea. Menos mal, ¡ya llegan los bomberos! Antes de entrar en el edificio, el comandante anima a los refugiados: "¡Haremos todo lo posible para salvar a 200 de ustedes!" Algo así.

Pero bien, volvamos a esos 400 recién nacidos que cada año se mueren innecesariamente en nuestro país. ¿Son muchos, esos 400? Sí, son muchos, porque los Países Bajos, después de Francia y Letonia, tienen la mortalidad de recién nadicos más elevada de toda Europa. Hasta en Rumania y Bulgaria la situación es mejor que la de aquí, y esos son países donde uno ni siquiera desea que le encuentren muerto. Curioso, ¿verdad?
Bueno... pues el ministro Klink sigue la recomendación de la comisión. El único problema es que no tiene los 250 millones de euros que hacen falta (para p.e. contratar a más ginecólogos). Sólo tiene la décima parte del importe, más bien simbólicamente. De los 400 recién nacidos se salvarán pues 40, desde un punto de vista político Más dinero simplemente no hay - y no olviden ustedes recordar las 19 millones de vacunas anti-gripe que este ministro compró innecesariamente (por un valor de unos 300 millones de euros).

A veces se dice que la medida de la civilización de un país se puede deducir del modo en que se trata a los más débiles. ¿Cuánto nos vale la vida de 200 recién nacidos? No mucho. Al menos no tanto como dos aviones de caza Joint Strike Fighter (de 110 millones cada uno). Pero no se puede hacer esta clase de comparaciones, eso es lo que siempre dicen los políticos. Yo creo que sí se pueden hacer. El dinero sólo se puede gastar una vez.

Esta columna, publicado en el Metro neerlandés el día 30 de septiembre de 2010, ha sido copiada con el permiso de su autor. He aquí el texto original en neerlandés. - Traducción por Entrelector.

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