domingo, octubre 03, 2010

Obama no entiende ni jota...

Claro que es muy molesto si te acusan de algo, de lo que no puedes demostrar que no lo has hecho. Eso le pasó al régimen de Estados Unidos hace poco más de una semana, cuando el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad dijo que el gobierno de EE.UU. e Israel estaban detrás de los atentados del 11 de septiembre de 2001 (Público, 23 de septiembre de 2010). En realidad dijo literalmente en su discurso (podéis leer el texto completo en VoltaireNet) a la Asamblea General de Naciones Unidas:
En cuanto a la identificación de los responsables de los atentados, existen tres puntos de vista:
1. Que un complejo y poderoso grupo de terroristas, capaz de burlar exitosamente todas las barreras de la seguridad y la inteligencia estadounidense, realizó esos ataques.
Esa es la principal interpretación que defienden los políticos estadounidenses.

2. Que ciertos sectores en el seno mismo del gobierno estadounidense orquestaron esos ataques para revertir la decadencia económica americana, fortalecer su predominio en el Medio Oriente y salvar también el régimen sionista.
La mayoría del pueblo estadounidense al igual que la de las demás naciones y políticos están de acuerdo con ese punto de vista.

3. Que fueron perpetrados por un grupo terrorista, pero que el gobierno estadounidense los permitió para sacar partido de la situación.
Este punto de vista parece tener menos partidarios.
Realmente no hay que ser muy inteligente para tener dudas con respecto a varias de las llamadas pruebas, utilizadas para demostrar que el ataque vino de manera completamente inesperada y que fue perpetrado por 19 terroristas. Véase al respecto p.e. mi artículo ¿Somos nosotros o son ellos los engañados? del 18 de noviembre de 2007. Y si no fuera suficiente, se encuentran muchos más detalles en p.e. las siguientes páginas web:
- www.waarheid911.nl
- el Journal of 9/11 Studies;
- Truth & Lies of 9/11 (varios vídeos y películas);
- September 11 News.com;
y muchas otras webs...

Un libro muy interesante en este contexto es A Pretext for War [Un pretexto para la guerra] por James Bamford (publicado en 2004), en el cual, basándose entre otras cosas en documentos declasificados señala un claro vínculo con Paul Wolfowitz, uno de los confidentes de George Bush, Richard Perle, Doug Feith, L. Marc Zell, y numerosos otros (entre los cuales varios sionistas), que ya en los años 1990 intentaron convencer al presidente Clinton a que eliminara a Sadam Hussein (para Israel) y con este fin  invadiera Irak. Clinton no accedió, pero George W. Bush les causó menos problemas...

O reflexionad unos momentos sobre lo que escribió mi compañero bloguista Alles Schall und Rauch hace cosa de dos años: 
La más absurda teoría de todas sobre una conspiración para el 11-S es la versión oficial del gobierno de los EE.UU., de que un enfermo Bin Laden desde una cueva en Afganistán con sus 19 aficionados hubiera conseguido eliminar la fuerza aérea más eficaz y más costosa del mundo y que hubiera atacado América.
Y quien tiene interés en un detalle bien notable: para las investigaciones de las aventuritas de Bill Clinton y Monica Lewinsky se gastó un total de 47 millones de dólares (véase al respecto un artículo de Associated Press del 2 de octubre de 1999 - es necesario leer todo el artículo, ya que el titular es engañoso), mientras que para la investigación de los atentados del 11 de septiembre de 2001 por la '9/11 Commission' sólo se gasto un importe de 15 millones de dólares (ved la web de la National Commission on Terrorist Attacks upon the United States [Comisión Nacional sobre Ataques Terroristas a los Estados Unidos]).

El que Ahmadineyad haya hecho un llamamento a que las Naciones Unidas investiguen los atentados del 11 de septiembre de 2001 es completamente justificado, teniendo en cuenta el modo blandengue de las investigaciones por el mismo régimen estadounidense, y más aún considerando las consecuencias de estos atentados y las guerras justificadas a raíz de estas 'investigaciones', que entretanto ya han causado cientos de miles de muertos y muchos más heridos - sobre todo comparando el número de las víctimas de estas guerras con los casi 3.000 muertos de los atentados del 11 de septiembre de 2001 (2.766 en Nueva York según cifras oficiales del gobierno de EE.UU., y probablemente unos más en el Pentágono).

Si Barrack 'No, We Cannot' Obama se queda con la boca abierta y no consigue hacer otra cosa que calificar el discurso de Ahmadineyad como "ofensivo" y "lleno de odio" (La Vanguardia, 24 de septiembre de 2010), no es otra cosa que una convencedora ausencia de argumentos opuestos.
Por otro lado es completamente justificable que Ahmadineyad se exprese en términos "ofensivos" y "llenos de odio", teniendo en cuenta cómo los Estados Unidos están presionando su país, amenazándolo con acciones militares; y eso, mientras que el único auténtico estado bribón, Israel, puede continuar (impunemente)  ocupando territorio palestino y humillando, matando de hambre y asesinando a los palestinos.

El que Catherine Ashton, jefa de la diplomacia europea ante la ONU, considere las palabras de Ahmadineyad "escandalosas" e "inaceptables", y que los delegados de varios países cómplices de la política colonial estadounidense (entre los cuales por supuesto el neerlandés) abandonaran la sala (Público y NRC, ambos del 24 de septiembre de 2010), no es otra cosa que un apoyo servil a Barrack 'No Change' Obama.


Y para terminar, no puedo dejar de señalar que todo el antimusulmanismo actual en la Europa Occidental bien se puede ver como una consecuencia directa de los atentados del 11 de septiembre de 2001. O, como dijo ayer Erik de Ruijter en un comentario en Trouw a un artículo sobre un juicio penal contra el político xenófobo neerlandés Geert Wilders: "Hay que investigar el 11-S para destapar a Wilders. Toda la política de mirar al otro lado tiene la culpa de esta catástrofe: www.waarheid911.nl."

No hay comentarios: