lunes, septiembre 27, 2010

Hay que poder confiar en un sindicato


Eso al menos es lo que pensaría uno...

Lamentablemente no es el caso con la FNV [Federación de Sindicatos Neerlandeses]. Esa federación sindical el año pasado se daba pisto de que no aceptaría los planes de la Banda de Balkenende de subir la edad para la jubilación.

Sin embargo, ya el 18 de diciembre el diario Nederlands Dagblad dio a conocer la noticia de que la FNV sí estaba dispuesta a resignarse ante una decisión del parlamento de subir la edad para la jubilación. Ved al respecto mi artículo Otra vez traicionados por los sindicatos... (?)  del 24 de diciembre de 2009. ¿Cómo que resignarse? De verdaderos sindicatos uno podría (¡debería!) esperar que preparen y coordinen acciones para paralizar la economía del país. Desgraciadamente... el sindicato se resigna como un perro obediente ante una posible decisión de un grupo de (por su mayor parte) cuentistas, que - según se insinúa - han sido elegidos democráticamente (*) por nosotros...

En junio de este año de repente resultó que los sindicatos y la patronal habían arreglado de prisa un acuerdo sobre las pensiones, acerca del cual la FNV dejó de mencionar en su comunicado de prensa que habían eliminado en el acuerdo las actuales tarifas fiscales especiales para los jubilados. Un detalle significante es que no subirán más las cuotas para la pensión que pagan los empleadores (un pequeño regalito para los accionistas y demás inútiles de la sociedad), pero seguramente los directivos de la FNV habrán estado pensando más en su propia carrera que en los intereses de sus miembros, los trabajadores.
En un intento de aún legitimar este acuerdo trucado, se organizó a la postre un referéndum (ver al respecto mi artículo Pero ¿qué intereses defienden los sindicatos? del 19 de junio de 2010).

Como ya concluí el 2 de julio de este año (en mi artículo ¿Esto es democracia, un fraude, o un sencillo abuso de la sencillez del pueblo?) sólo participó una parte muy mínima de los miembros de la FNV (pero, claro, las masas necesitaban todo su tiempo para los circos veraniegos de la copa mundial de fútbol, la Vuelta de Francia, Wimbledon, etc.): "casi 160.000" de los "casi 1,4 millones de miembros", de los cuales una "muy amplia mayoría del 80%" apoyó el acuerdo de la patronal y la FNV, eso quiere decir que sólo el 9,14% de los miembros estaba de acuerdo. (Controlad mis cálculos en el artículo del 2 de julio).

A pesar de esto la FNV se atreve a mantener que la mayoría de sus miembros está de acuerdo con sus planes para la jubilación, como los regatearon la patronal y la FNV. En la revista del sindicato, platform A de este mes se menciona literalmente en la página 44, al principio de un artículo que tiene la intención de justificar sus planecitos anti-obreras:
La central sindical FNV acepta el acuerdo entre los trabajadores [¿trabajadores? sugieren aquí que la FNV representa a los trabajadores...] y los empleadores sobre la pensión estatal (AOW). El sindicato de esta manera hace caso a una amplia mayoría de sus miembros.
El ochenta por ciento de ellos ["de ellos", o sea de sus miembros. ¡No! ¡Sólo el 80% de los 160.00 que votaron!] vóto positivamente sobre el acuerdo negociado. Sólo el sindicato de mayores, ANBO, y el sindicato de los navegantes (Nautilus) votaron en contra.
Pero entonces ¿qué hace la FNV? Pues, se preocupa por ejemplo sobre el modo de cómo se presentan los trabajadores (en las páginas 40 y 41 de la misma revista). Eso se ha de caracterizar sobre todo por "ropa limpia; pantalones largos; zapatos cerrados; negro, gris, blanco, azul; discreto; mangas cortas y largas [? ¿habrán querido decir: "o"?]; profesional." Aún podemos estar contentos de que no se nos obligue a llevar una camisa azul y una insignia del PvdA, o incluso de un club aún más horripilante.
También hay que evitar "pelo excedente". ¿Qué es eso? ¿Debería afeitar mis brazos, depilar mi pecho, desde ahora? ¿Implica eso que no hay problemas con los cabezas rapadas? ¿Se refieren tal vez a las mujeres con abundantes permanentes? ¿O a las barbillas con una barba de 2 días, como la de Ruud Lubbers y esa clase de gente?

Pero, ¿de qué va eso? Yo pensaría que los trabajadores deberían de realizar bien su trabajo, de manera profesional, amablemente, con paciencia y honestos. Su forma de presentarse, me parece más bien en primer lugar un asunto del trabajador mismo. La única exigencia que me parece razonable es que el trabajador y su ropa estén cuidados y limpios. Sólo en el caso de que a alguno se le ocurriera presentarse de manera extrema, p.e. sólo en ropa interior, me podría imaginar que sería justificado llamarle la atención sobre eso.
¿No es ya demasiado triste que hay muchas empresas que dan más importancia al uniforme 'representativo' de su personal (corbata, pañuelo, gorro) que en el mismo servicio brindado a los clientes? Personal vestido conforme el 'dress code' [código de ropa, pero también se podría traducir como 'código de adiestramiento'], pero un horrible servicio en el caso de quejas de los clientes.

De los sindicatos se podría esperar que defienden los intereses de sus miembros y que precisamente consideran la importancia de la calidad del trabajo y no el modo en que se viste un trabajador.

¿Cuándo volveremos a tener un sindicato que de verdad defiende los intereses de los trabajadores; y que se atreve a oponerse a la explotación capitalista? De la FNV o el CNV no hace falta que nos esperamos esta clase de dedicación.



(*) Democraticamente significa en la práctica que la mayoría puede imponer su voluntad. No tiene ninguna relevancia si esa mayoría sabe de qué se trata. Si por casualidad, muy por casualidad, esa mayoría es contínuamente desinformada por la prensa controlada y los noticieros manipulados de la televisión, es una lástima, pero según las reglas 'democráticas' la mayoría a pesar de todo decide quienes nos pueden explotar y exprimir...

Y cómo funciona si inesperadamente una mayoría de izquierdas ganara unas elecciones, se explica claramente en el prólogo del nuevo libro El orden de El Capital. Por qué seguir leyendo a Marx de Carlos Fernández Liria y Luis Alegre Zahonero:
Cada vez que las izquierdas ganaron las elecciones y pretendieron seguir siendo de izquierdas, un golpe de estado dio al traste con el orden constitucional (España, 1936; Guatemala, 1954; Indonesia, 1965; Chile, 1973; Haití, 1991; y un largo etcétera). Es lo que yo llamé "la pedagogía del millón de muertos": cada cuarenta años más o menos se mata a casi todo el mundo y luego se deja votar a los supervivientes. Eso es lo que normalmente se conoce como "Democracia".

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