El periódico empieza preguntándose si es razonable que 860.000 irlandeses decidan sobre el futuro de 495 millones de europeos y enseguida contesta afirmativamente, porque se había convenido que todos los estados miembros deberían de aprobar el tratado. El periódico incluso parte de la idea (correcta, en mi opinión) de que quizás incluso una mayoría de esos 495 millones de europeos hubiera querido tener la oportunidad de pronunciarse sobre esa no-constitución.
El artículo no deja dudas de que el tratado ahora está donde ha de estar: en la papelera. Muchos políticos todavía no se atreven a admitir su derrota, pero según el diario es hora para repensar Europa.
Eso significa en primer lugar que Europa no se puede crear a espaldas de los ciudadanos. Eso ya debería de haber quedado claro después de que en el año 2.005 los franceses y los neerlandeses votaran con una mayoría más que convincente contra la "constitución".
Sin embargo Angela Merkel aceptó la propuesta del (entonces) ministro Nicolas Sarkozy de no utilizar la palabra "constitución" y de empaquetar los artículos más importantes como un tratado y dejarlo aprobar por los parlamentos nacionales sin la molestia de referendums.
El periódico cita a algunos políticos para dejar claro lo que en realidad es el Tratado de Lisboa:
Ex-presidente Valéry Giscard d'Estain (autor de la primera "constitución"): "Todas las anteriores propuestas se encuentran en el nuevo tratado, pero escondidas y disimuladas de algún modo."
Ex-primer ministro italiano Giulio Amato: "Se decidió que el documento fuera ilegible."
El ministro de asuntos exterios belga Karel de Gucht: "Este tratado tenía que ser incomprensible. Lo han conseguido."
Quien quiere leer el artículo en su enteridad (para los que comprenden el alemán) cliquee en este enlace.
También el senador socialista francés Jean-Luc Mélenchon (que en el año 2.005 había combatido la "constitución" y que ahora también ha soportado la campaña irlandesa para el "No") ayer dio su opinión en un comunicado (véase Le Monde de hoy: "Ha llegado la hora para los líderes europeos [...] de admitir la derrota de su modelo para una Europa liberal y no-democrática." Reprocha a los "creyentes de la derecha y de la izquierda [...] su arrogancia, sus textos conscientemente ilegibles y su método infantilizador de meterles a los demás un complejo de culpabilidad en la cabeza."
A un año de las próximas elecciones para el Parlamente Europeo (junio 2.009) ahora se pueden oir opiniones similares a derecha e izquierda:
Jean-Pierre Chevènement (presidente del MRC, literalmente: Movimiento Republicano y Ciudadano) opina que los irlandeses "han prestado un servicio a la enteridad de Europa. [...] Los pueblos se niegan a perderse en una Europa a la vez tecnócrata y antisocial."
También la opinión del PCF (Partido Comunista Francés) no deja que desear en cuanto a claridad. El resultado irlandés lo denomina "una decisión valiente y lúcida," con la cual Irlanda ha rechazado la "presión sobre los gastos públicos y los salarios, el sacrificio de los servicios públicos y la militarización de la Union Europea."
Más hacia la izquierda Olivier Besancenot (portavoz de la "Liga Revolucionaria Comunista") opina que el tratado de Lisboa está "definitivamente muerto y enterrado. [...] Cada vez que se consulta a los habitantes, la respuesta es la misma: ¡No!"
También a la derecha se reacciona (todavía en el mismo artículo de Le Monde) en similar tono:
Nicolas Dupont-Aignan (soberanista) se alegra por el rechazo de una "Unión supranacional, burocrática e ineficaz", mientras que Philippe de Villiers (presidente del "Movimiento para Francia") declara que "el pueblo irlandés ha hablado en el nombre del pueblo francés."
Jean-Marie Le Pen (del "Frente Nacional") se alegra por la "brillante victoria del pueblo irlandés [...], a pesar de la presión, las amenazas y los chantajes de las autoridades tanto nacionales como europeas."Al mismo tiempo el ministro francés de asuntos europeos, Jean-Pierre Jouyet, declara que en Irlanda se habrá de realizar un nuevo referencum sobre el mismo Tratado. Muy generoso les deja algo de tiempo a los irlandeses... (NRC/Handelsblad de hoy).
Eso sí que es democrático: seguir repitiendo una votación hasta que un día haya una mínima mayoría en favor - y claro que después ya no se permitirá una nueva votación... Menos que semejante arrogancia ya llenaría a uno de asco por toda esa Unión Europea...
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