Muy lamentablemente se habían presentado sólo unas decenas de participantes para la Marcha para la Paz Hayense -organizada para hoy por la Plataforma Hayense para la Paz (Haags Vredesplatform)- del Palacio de la Paz (Vredespaleis) al cuartel hayense de la OTAN, a pesar de que el recorrido era bastante corto, y las circunstancias climatológicas también eran favorables: no hacía ni demasiado calor ni demasiado frío, ni llovía. Pero esas decenas de participantes sí estaban de acuerdo en que había que hacer algo para convertir esa belicosa (incluso belicista) OTAN. El que hace mucha falta convertir esa organización se demostraba cuando llegamos a su cuartel, porque incluso hoy, el Lunes de Pascua (que en los Países Bajos es un festivo) estaban disparando en su terreno...
También al Entrelector se le había pedido dedicar unas palabras a la OTAN y por supuesto lo he hecho con mucho gusto. Mi texto dentro de poco será publicada aquí, pero primero la tendré que traducir al castellano. De todos modos ya os puedo explicar que he hablado sobre La OTAN, un horrible monstruo de Frankenstein. En cuanto haya colgado el texto, os lo comunicaré aquí...
A propósito, la foto del Palacio de la Paz de La Haya viene de una publicación (en dos tomos) del año 1923, titulada De Wonderen der Wereld [Los milagros del mundo] (Editorial A.W. Sijthoff, Leiden), una de las primeras obras que me hicieron saber en mi juventud que había mucho más en nuestro mundo que lo que me podía imaginar desde la pequeña ciudad de campo en la que vivía.
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