Está claro que ahora ya no cabe otra opción sino la de también perseguir a los que tienen la responsabilidad por los centenares de miles de muertos causados por la invasión en Irak que se efectuó a base de engaños y mentiras premeditados. Esos responsables son en primer lugar George W. Bush, en segundo lugar su paladín Tony Blair que ciego (o cegado) se unió a su gran ejemplo estadounidense; y luego todos los jefes de estado (¿y ministros? ¿y parlamentarios?) que a sabiendas ofrecieron 'sus' ejércitos y su apoyo a esta guerra colonial, como p.e. el ya llamado Balkenende, José María Aznar, Silvio Berlusconi.
Por el caso de que no hubieran sido informados de antemano de que las llamadas pruebas de la existencia de armas de destrucción masica no eran más que mentiras vacías, podrían haber comprendido ellos mismos que eran unas pruebas muy débiles sin valor. Tanto más porque ya antes de la invasión los inspectores de armas de la ONU y la misma CIA afirmaron que no habían podido encontrar pruebas. Véase en este sentido también una noticia de la Voz de America (la radio internacional de EE.UU.), del 26 de abril de 2.005, en la que se informó entre otras cosas que:
El principal inspector de armas de Estados Unidos en Iraq afirmó que la búsqueda de armas de destrucción masiva ha ido “tan lejos como es posible” y no ha encontrado nada.
La evaluación efectuada por el asesor especial de la CIA, Charles Duelfer, director del Grupo de Sondeo en Iraq, forma parte de un adendum al informe final sobre el programa de armas de Iraq, publicado en la Internet el lunes. [25.04.2005]
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