En el marco de anchura de banda puesta a disposición de terceros, reproduzco a continuación un artículo de Álvaro Cuadra, publicado el 29 de julio de este año en Crónica Digital, de Santiago de Chile:
Hace algunas décadas, dictadores y tiranos de diversas latitudes actuaban impunemente, cometiendo crímenes atroces. Tal fue el escenario en muchos países del llamado Tercer Mundo. Esto fue cierto hasta el día en que Augusto Pinochet Ugarte fue detenido y procesado en Londres por crímenes de lesa humanidad.
Por primera vez en la historia reciente, un ex gobernante era procesado por tribunales internacionales acusado de torturas, asesinatos, secuestros, entre otras muchas felonías. De alguna manera, el “caso Pinochet” fue una luz de alarma para todos aquellos “gobernantes” del mundo, habituados a la impunidad que preside sus actuaciones.
George W. Bush es el responsable de detenciones, torturas y asesinatos en el mundo entero, desde Guantánamo a Irak. Su gobierno arrastró a su país, bajo engaño, a una guerra insensata para preservar los intereses de grandes empresas petroleras, lo que ha costado la vida de miles de ciudadanos estadounidenses. Su gobierno ha autorizado la asfixia simulada como método legítimo de interrogatorio, ha mantenido a los detenidos en la base de Guantánamo en el limbo jurídico sin posibilidad alguna de defensa, ha permitido la práctica sistemática de humillaciones y torturas a los prisioneros en Afganistán, Irak y Pakistán.
Los crímenes cometidos bajo el gobierno de Bush constituyen una clara violación de las convenciones y tratados internacionales y entran en la categoría de “crímenes contra la humanidad”. Las voces que claman por un juicio contra el actual gobernante de Estados Unidos y sus cómplices han comenzado a levantarse dentro de sus propias fronteras. Tal es el caso de Vincent Bugliosi que reclama un juicio contra Bush por el cargo de asesinato.
Las diferencias entre la dictadura de Pinochet y el gobierno de Bush se hacen cada día más tenues, a medida que emergen nuevos antecedentes sobre el modo en que ha conducido su “cruzada”. Es hora de que el actual presidente de los Estados Unidos rinda cuentas por sus actos ante sus conciudadanos y ante los tribunales internacionales.
En este momento inaugural del siglo XXI, la comunidad internacional tiene el imperativo moral de exigir que Bush y sus colaboradores sean llevados ante los tribunales por sus crímenes. Permitir la impunidad sería una degradación no sólo de la política en Norteamérica, sino de la política en el mundo entero. Por el respeto que les debemos a las víctimas y a las nuevas generaciones, es hora de que la humanidad entera erradique ahora las prácticas violatorias de los Derechos Humanos, antesala de la barbarie. Es el tiempo de que la comunidad internacional lleve a los tribunales al actual presidente de los Estados Unidos: George W. Bush.
Álvaro Cuadra es Investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados (ELAP). Arena Pública, Plataforma de opinión de Universidad ARCIS.
Santiago de Chile, 29 de julio 2008
Crónica Digital
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