Con permiso del autor presento a continuación el artículo «Prins Domoor» que el día 8 de este mes publicó R.E. Publican en Het Vrije Volk (traducción por Entrelector):
Según Willem-Alexander el desfile de la llama olímpica es susceptible a disturbios y demasiado caro. "El símbolo de la esperanza se ha convertido en objetivo de protestas." Nuestra vergüenza nacional no comprende que son precisamente las protestas, que avivan las esperanzas de millones, tanto en el Tibet como en la China. Quien analiza esta absurda afirmación, no puede sino comprender su perversidad. O su estupidez. Tiempo para preguntas parlamentarias. El Príncipe Simplón tiene que guardar silencio en cuanto a protestas en favor de presos políticos. Que se reserve las gilipolleces al respecto para su suegro Jorge de la junta argentina y para el asesino, el tío Videla. "Poco tonto" lo llamó su mujer anteriormente. ¡Extremadamente grosero es lo que más se aproxima a la verdad!
El Príncipe Simplón
Los Juegos Olímpicos acentuan la fraternización de los pueblos. Es, en realidad, el único acontecimiento que ofrece una oportunidad para prestar una especial atención a precisamente los pueblos oprimidos. Desde el principio estaba claro que la China, donde los derechos humanos se violan de manera vergonzosa, estaría expuesta a críticas acerbas. Con la esperanza, principito Simplón, que eso surtiría un efecto positivo.
El gobierno te 'permitió' una declaración crítica controlada sobre los derechos humanos, pero después de la declaración no controlada sobre las 'protestas', nos acordamos de cómo piensas de verdad.
Tonta, incompetente y muy bobamente...
Economía
En la entrevista dices literalmente ".......que el deporte está por encima de la política". Aunque se tuvieran que correr los cien metros vadeando la sangre, quieres decir probablemente…
Pero entonces no comprendes, distinguido amigo, que por encima del deporte y de los derechos humanos por lo visto existe aún otra disciplina: la Economía.
Te escondes detrás de todos esos cobardes, que colocan las relaciones comerciales por encima de los derechos humanos, y que declaran fariseicamente (como Balkenende) que vale más continuar el diálogo, para que después de los Juegos se pueda volver al orden del día. Hasta ahora los Países Bajos no han hecho nada, pero absolutamente nada (aparte de unas condenaciones orales de cumplido) contra las injusticias cometidas contra tanto chinos como tibetanos.
Y entonces nos vienes a decir que los Juegos no se pueden emplear para protestar contra los derechos humanos violados. "Poco tonto", dijo esa señora a la que se le ofreció un procedimiento incorrecto de naturalización, por los excelentes contactos con esa junta argentina, que pisoteaba los derechos humanos....
Gobierno
Ya es hora de que el gobierno neerlandés nos proteja contra una camarilla orangista, cuyo exponente en su tiempo se convertirá en el símbolo nacional de nuestra estupidez y nuestra simpleza. Un hombre que, al igual que su madre, la Sra. Von Amsberg, no sabe callarse y que piensa que su opinión ha de representar la del pueblo neerlandés.
Y que nació en una familia, que a diario sigue corrumpiéndose y haciéndose culpable a la práctica medieval de la corrupción y del robo dinerario, 'bendecidos por el Señor'.
R.E. Publican
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