El ministro estadounidense de guerra, Robert Gates (adoptado sin reparos por Obama de su antecesor, George W. Bush) ha declarado que no sería una buena opción forzar Irán manu militari a terminar su programa nuclear. En su opinión sanciones constituirían una mejor opción. (Jerusalem Post, ayer).
Para empezar es, obviamente, absurdo, que el único país que jamás haya utilizado armas nucleares contra otro país (en agosto de 1945 contra Hiroshima y Nagasaki, mientras que en ese momento el Japón ha había perdido la guerra) cree tener el derecho de poder prohibir a otro país que desarrolle la energía nuclear, porque ese país así podría tener la posibilidad de producir armas nucleares.
Pero aparte de eso parece que no le importe ni un pepino al ministro bélico Gates que tal medida (como en los años 1990 contra Irak) perjudicaría sólo la población civil, causando así miles de muertos.
En mi opinión está siendo más que hora para que el mundo entero les imponga sanciones económicas a Estados Unidos. Evidentemente será desagradable para la población trabajadora, pero esta población desde hace demasiados años ya está viviendo en la miseria. Además, según la actual legislación de EE.UU., la población -al menos teóricamente- tiene el derecho de eligir su propio gobierno, por lo cual los estadounidenses disponen de los medios para eligir un gobierno más humano, más solidario, para así hacer terminar las sanciones.
Cada uno de nosotros ya puede empezar boicoteando los productos y empresas estadounidenses (McDonald's, Chrysler, Pepsi Cola, los parques Disney, para mencionar sólo unos pocos) y no pasando las vacaciones en Estados Unidos.
Para empezar es, obviamente, absurdo, que el único país que jamás haya utilizado armas nucleares contra otro país (en agosto de 1945 contra Hiroshima y Nagasaki, mientras que en ese momento el Japón ha había perdido la guerra) cree tener el derecho de poder prohibir a otro país que desarrolle la energía nuclear, porque ese país así podría tener la posibilidad de producir armas nucleares.
Pero aparte de eso parece que no le importe ni un pepino al ministro bélico Gates que tal medida (como en los años 1990 contra Irak) perjudicaría sólo la población civil, causando así miles de muertos.
En mi opinión está siendo más que hora para que el mundo entero les imponga sanciones económicas a Estados Unidos. Evidentemente será desagradable para la población trabajadora, pero esta población desde hace demasiados años ya está viviendo en la miseria. Además, según la actual legislación de EE.UU., la población -al menos teóricamente- tiene el derecho de eligir su propio gobierno, por lo cual los estadounidenses disponen de los medios para eligir un gobierno más humano, más solidario, para así hacer terminar las sanciones.
Cada uno de nosotros ya puede empezar boicoteando los productos y empresas estadounidenses (McDonald's, Chrysler, Pepsi Cola, los parques Disney, para mencionar sólo unos pocos) y no pasando las vacaciones en Estados Unidos.
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