domingo, enero 10, 2010

Si...

Si los políticos cumplieran con sus hermosas palabras sobre la paz y la lucha contra las enfermedades, la pobreza y el hambre, este mundo hubiera sido un paraíso que hubiera hecho palidecer el bíblico jardín del Edén.

Muy lamentablemente no es así como funciona este mundo: a los belicosos políticos (recordad a Henry "Killinger" Kissinger y Barack "Cambio" Obama) es cierto que se les concedió el Premio Nobel para la Paz, pero está claro que eso no tiene ninguna importancia.

Simplemente continuan sus guerras y la explotación de gran parte de la población mundial, y para estas actividades las hermosas palabras no tienen ninguna relevancia. Les importa (a los políticos y a sus jefes secretos del empresariado) exclusivamente el crecimiento de las cifras del beneficio capitalista. Al igual que en EE.UU y en la Unión Europea nunca se esforzarán por realmente disminuir el desempleo: cuantos más parados, más podrán bajar los salarios, para que los "ladrones de la labor" (en la neolingua capitalista: "empleadores") puedan robar aún más dinero de las manos de los que realizan la producción y que procuran que el mundo siga funcionando: los trabajadores.

Ayer el Vancouver Sun publicó un artículo en el que se señala que el Canadá para el ejercicio 2009/2010 gasta más o menos 1.500 millones de dolares canadienses para mantener a 2.850 soldados en Afganistán, lo cual corresponde con unos $ 525.000,-- anuales por soldado.
Añadanse a esos miles de millones los miles más de millones que el régimen neerlandés ya ha robado de los bolsillos de los contribuyentes para permitir a los militares neerlandeses a asesinar a inocentes afganos (que, si ya utilizan la violencia, sólo lo hacen para defender su independencia contra los invasores neocolonialistas de los países capitalistas) más los millones de millones que el régimen de Washington (y los del Reino Unido y otros países) ya han abusado por mantener (o conquistar) el control allí (y en Irak y otros países) y por evitar que las víctimas del colonialismo puedan expresar sus más que justificadas reivindicaciones.

Si... los políticos cumplieran con sus hermosas palabras, todo ese dinero que ahora se está malgastando sembrando la muerte y el sufrimiento, hubiera podido conseguirse ampliamente que toda la población mundial llevara una vida digna, que nadie por falta de otras opciones, como gatos encerrados, se viera obligado a recurrir a la violencia ("terrorismo" en neolingua capitalistocolonialista), porque nadie hace caso a sus objeciones justificadas contra la explotación capitalista y los robos colonialistas.

¿Cuándo, por fin, se va a levantar la población de las "democracias occidentales" contra los crímenes que están cometiendo en el mundo entero (también en 'sus propios' países) los regímenes - teóricamente elegidos democráticamente? A pesar de todas las hermosas palabras esos regímenes continuarán impunemente por el camino actual. Si no hubiera "terrorismo" que combatir, lo inventarían (y eso en realidad ya es el caso de Al Q'aida), porque el miedo es un método excelente para reprimir a 'sus' propios pueblos, para imponer leyes antisociales y antidemocráticas, todo en el marco de "la guerra contra el terrorismo"...

¡Despertad, so consumistas de la fácilmente digerible telebasura!.. Hay cosas más importantes que los muñequitos animados que se ven en la tele, pasa más en el mundo de lo que os muestran en los boletines de noticias de la televisión y de la radio.
¡Despertad, y no os dejéis engañar en las siguientes elecciones por las promesas engañosas de los políticos, ni por las superficialidades de ciertos políticos xenófobos! ¡Analizad el mundo desde un punto objetivo y preguntados porqué las cosas deberían de ser como las pone la biblia, ese viejo libro de cuentos; porqué las cosas han de ser cómo las imponen a base de una constitución, que en realidad no es más que una colección de palabras, ordenadas según las ideas de los que en cierto momento estuvieron en el poder.
Algunos ven las cosas como son y dicen "¿Por qué?
Yo sueño con cosas que nunca fueron y digo "¿Por qué no?".
[Robert Kennedy]

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