El 27 de enero del año pasado militares neerlandeses dejaron a tres presos (¿Taliban?) desnudos en la fría lluvia del inviero afgano.
La situación "no ha llevado a enfermedades o peligro de muerte para el detainee", escribió el entonces comandantísimo militar Dick Berlijn al ministro de guerra. El 'director de Operaciones' ya había escrito antes que "no se [había] tratado de torturas, prácticas inadmisibles o de abusos, sino sólo de una situación inaceptable, que luego fue sofocado en su origen." (NRC de hoy)
Esta no es la primea ocasión en la que el régimen neerlandés (cristofundamentalista), que no deja de hacer hincapié en la importancia de 'normas y valores', declara de que en el caso de torturas no se trata de torturas. Leed como antes en Irak soldados neerlandeses eran culpables de torturas, que después resultaron ser 'graves sucesos", en mi artículo Neolengua: a partir de ahora se llama "graves sucesos" a las "torturas" del 16 junio de 2007.
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