Y es se supone que la prensa observa un código de conducta para los medios de información, que implica que ha de ser respetada la privadicad de
Es algo como los periodistas de la prensa neerlandesa en Afganistán: sólo pueden visitar lugares aprobados por el ministerio de guerra neerlandés, pero p.e. no se les permite sacar fotos cuando los soldados matan a ciudadanos afganos.
Del mismo modo es obvio que no quieren que nos enteremos los ciudadanos neerlandeses de que Willem A. y su familia están celebrando unas vacaciones lujosas en Argentina, mientras que los trabajadores neerlandeses nos tenemos que confrontar con un empeoramiento tras otro de nuestro nivel de vida (que ya no queda en mucho después de 3½ bandas de Balkenende).
Pensaría yo que Willem A., quien en el año 2008 (como mínimo, sin duda también se le "indemnizaron ciertos gastos") recibió una prestación de € 235.000,+ (¡exentos de IRPF!) -y su mujer el mismo importe- (Royalty del 13 de septiembre de 2008), ya puede hacer algo a cambio de esta prestación, y que como mínimo no se de la lata cuando se les fotografia en sitios públicos.
Para quien todavía no se hubiera dado cuenta: la situación de los derechos civiles cada vez está peor en los Países Bajos (y en el resto del mundo capitalista).
Hace poco, en el mismo contexto, pudimos leer afirmaciones de la ministra Ter Horst (asuntos interiores) y de Wouter Bos (vice-primer ministro), que nos tenían que llamar la atención sobre el hecho de que decididamente la prensa no tiene el derecho de controlar el estado. Esas afirmaciones vinieron a raíz de que el periódico derechista Telegraaf había publicado "secretos de estado" (de proveniencia del AIVD, el servicio secreto neerlandés). Según Wouter Bos todo la ley lo pone todo muy claro: nadie puede tener en su posesión ni divulgar secretos de estado, y eso incluye a los periodistas... (de Volkskrant, 19 de junio de 2009)
El servicio secreto puede (impunemente) husmear a todo el mundo y utilizar los datos reunidos para lo que le dé la real gana (sin preocuparse ni lo más mínimo por nuestra
Eso me recuerda mucho la política española durante la dictadura de Franco (e incluso en nuestros días cuando se trata de Euskadi), o -con lo que se nos ha metido miedo a todos los que nacimos durante la 'guerra fría'- la maldita Unión Soviética.
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