Mucho me alegró un artículo en La Voz de Galicia de ayer, cuyo titular sugería que "Venezuela prohibirá los videojuegos y juguetes bélicos". Leyendo un poco más, se pudo ver que la Asamblea Nacional de Venezuela había aprobado unánimemente un proyecto ley que tiene la intención de prohibir los "videojuegos y juguetes bélicos", porque a través de ellos trasladan "a la vida cotidiana del menor" la violencia. Los videojuegos bélicos prohibidos son los que "impliquen la utilización de armas, o en los que la destrucción y la violencia constituyan el elemento esencial para obtener el triunfo", mientras que los juguetes referidos son las "réplicas de armas de fuego, armas blancas y cualquier otra manifestación tangible de agresividad".
Se puede decir mucho en contra de la política actual de Venezuale (¡yo ciertamente no me encuentro entre los que la critican!), pero es muy refrescante que por fin haya un gobierno que no se deja manipular por los sociólogos y otros 'científicos' pagados por las industrias de los videojuegos y los juguetes que demasiadas veces precisamente los justifican, afirmando que esos juegos y juguetes precisamente permiten a los jóvenes librarse de la agresividad de su vida diaria.
La explicación de esta justificación sociológica de esos productos es clara: en el capitalismo no se trata de la solidaridad entre los seres humanos, sino en una verdadera batalla con el fin de abusarse al máximo posible de los demás. La misma producción y distribución de estos productos son un claro ejemplo de esa mentalidad: con tal de sacar el máximo beneficio de ellos no se preocupan por la perversión de las mentes de los jóvenes, por mucho que esos juegos puedan llevar a que no vean la diferencia entre el mundo violento agresivos de los videojuegos y el mundo real de cada dia. El resultado es que unos se llegan a comportar como en los juegos, p.e. matando a tiros a sus profesores y compañeros de instituto...
Por consiguiente una lucha contra los abusos del capitalismo ha de incluir una lucha contra la perversión de los jóvenes y este proyecto-ley es un maravilloso e importante paso adelante.
Más información sobre el proyecto-ley se puede encontrar en la web de Radio Mundial del día 26, en el diario venezolano Ultimas Noticias del día 27 de este mes y en el Telegraaf neerlandés de hoy.
Es interesante que últimamente también han aparecido artículos en la prensa sobre los efectos negativos de los videojuegos, aunque allí no se trate de lo que precisamente preocupa a los políticos venezolanos, sino de la obesidad y -para sobre todo las mujeres- un mayor riesgo de depresiones (L'Exprèss francés del día 19 de este mes), de problemas de juego en el resto de su vida (el Sunday Morning Herald australiano del 21 de este mes): un estudio realizado por la Universidad de Adelaide entre 2669 adolescentes entre los 13 y 17 años de edad señaló que 'los adolescentes que regularmente juegan videojuegos tienen más probalidad de desarrollar tendencias obsesivas y antisociales que llevan a problemas en el ambiente del juego'. Y otro sobre la obesidad en el Amaule chileno del día 26...
A los periodistas por lo visto aún les faltará un poco de coraje para que se atrevan a analizar la relación entre los juegos/juguetes y la violencia en la sociedad.
Yo diría que la iniciativa venezolana es muy buena, por mucho que algunos dirán que no se puede demostrar la relación entre los juegos violentos y la violencia en la sociedad. Debería de ser como en el caso de los medicamentos: mientras no esté demostrado que no sean peligrosos, no se permite su uso; como ya decían los romanos: ¡in dubio abstine!
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