domingo, agosto 02, 2009

Vuelta atrás en el tiempo con pasos de gigante...

El parque safari Beekse Bergen informa con orgullo en su web que "como primer parque zoólogico en los Países Bajos ha introducido un 'dresscode' [código de vestimenta] a raíz de la cual no se permite que los hombres se encuentren en el parque con el torso descubierto.

La dirección del parque dice haber recibido un número creciente de quejas sobre hombres "con el torso descubierto", y por eso se ha introducido esta nueva regla, ya que "para un parque de atracciones apropiado para los niños, como el nuestro, opinamos -al igual que la parte del león de nuestro público- que eso no es apropiado".

Parece pues que el número de quejas viene de "la parte del león de nuestro público". ¿Vendrían de niños? Porque es eso lo que se espera si se justifica semejante medida por tratarse de un "parque de atracciones apropiado para los niños". Me extrañaría mucho...
En los días de calor esos niños ven por todas partes en la calle a hombres con el torso descubierto, por no mencionar lo que pueden ver de más en las playas, y sobre todo no hablemos de lo que ven en la tele (¡a diario!) : dibujos animados agresivos, sexo (bien es cierto que a veces discretamente bajo las sábanas, pero sexo...), guerras y asesinatos, en los que las gotas de sangre salpican de la pantalla...

Sin duda la dirección del parque safari ha creído que el desgobierno de la banda cristianofundamentalista de Balkenende justifica semejante medida pudibunda. ¿Quién está de verdad detrás de esas insinuadas quejas? ¿El cura del pueblo de Hilvarenbeek? El obispo de 's-Hertogenbosch? ¿El director de la sucursal local del Rabo Bank?

Espero que, conmigo, mucha gente considera que esa hipocresía-años-1950 está completamente fuera de lugar y que tal vez también se den cuenta de la horrible situación en la que se encuentran en el clima neerlandés los animales tropicales encerrados en el parque. Si a consecuencia de la rápida reducción del número de visitantes el Beekse Bergen tuviera que cerrar sus puertas, ya no tendría mucho sentido reenviar a los actuales animales del parque a sus países de origen, pero al menos ya nunca más se habría de secuestrar a más animales. Y entonces, tal vez, la zona de los Beekse Bergen pudiera volver a ser, lo que era hasta finales de los años 1960, una zona ecológica, en la que los niños (como yo en mi juventud) podrían ver, asombrados, como una drosera capta una mosca (u otro insecto) para paladearla...

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