Máxima y Willem A. (el 'príncipe heredero' neerlandés) opinan que las fotos que una fotógrafa de prensa había sacado a sus hijas "ejercen una presión inaceptable para nuestros hijas. Queremos que puedan participar en la vida de cada día." (Brabants Dagblad de hoy) *)
Y semejante cosa se atreven a decir estas personas con sus subsidios asistenciales superlujosas, mientras que el pueblo neerlandés, aparte de toda la miseria de su continuamente peor nivel de vida (por la que cada vez más gente no 'puede participar en la vida de cada día'), no sólo es fotografiado, sino controlado y seguido de todos los modos posibles. Y eso decididamente no es para combatir el terrorismo (¿qué terrorismo?), como nos quieren hacer creer a cada momento, sino para conseguir que cada vez nos adaptemos más a las necesidades del capitalismo, que al fin y al cabo sólo quiere esclavos baratos, que sobre todo tengan miedo de llamar la atención por no aceptar ser abusados.
Los únicos muertos que cayeron por terrorismo en los Países Bajos (si no contamos los centenares de muertos que cada año son sacrificados por el tráfico) fueron dos pasajeros de tren matados por secuestradores molucos, cuando el secuestro de un tren en Wijster (diciembre de 1975); y los que fueron matados por encargo del ministro Dries van Agt cuando el secuestro de tren de De Punt (mayo de 1977): 2 pasajeros y 6 secuestradores molucos).
Y la verdad es que esos secuestros de trenes fueron la consecuencia de las vagas promesas que el régimen neerlandés les había dado en el año 1951, después de que Indonesia se había liberado del colonialismo neerlandés. Entonces las tropas de elite molucas del KNIL (el ejército colonial neerlandés) fueron transportadas a los Países Bajos con sus familias. Sólo sería temporalmente porque el régimen neerlandés (bajo Willem Drees) les había sugerido que se crearía una república moluca independienta para ellos - que nunca se ha llegado a realizar.
*) Véase en este contexto mi artículo in dit verband mijn artikel Sí quieren ser populares, pero... ¡con privacidad! del 6 de agosto.
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