Se sabía que iba a pasar, y ahora ha pasado. El 'injaqueable' chip (circuito integrado) RFID que debía de ser utilizado para las tarjetas inteligentes (smart card) del transporte público en los Países Bajos ha caído víctima al hacking.
Según el portavoz Alexander Tarzi del productor de los chips (NXP) la conmoción es bastante exagerada, porque -afirma- sólo se ha jaqueada una capa de la tarjeta. (Webwereld de ayer)
Claro que eso es una chorrada. Una vez haya sido jaqueada la primera capa, sólo es cuestión de tiempo para que también se jaqueen las demás (¡que sólo son dos!) capas, pero además yo aprendí en el pasado (hará unos 50 años) que una cadena no es más fuerte que su eslabón más débil. Así p.e. una cadena (de bicicleta) de acero endurecido no vale nada, cuando se haya roto tan sólo un eslabón.
Ya me puedo imaginar la siguiente acción de los jaquistas: los que se oponen a las guerras Bushianas 'contra el terror' inventan un sistema para borrar el contenido de los chips en los pasaportes y para cargar datos diferentes. Me podéis creer que el total de los Estados Unidos se paralizará de un momento a otro cuando de pronto todo el mundo (según los datos de los chips de sus pasaportes) resulta ser Osama Bin Laden... aunque tal vez ya esté muerto (ver mi artículo: Benazir Bhutto: Osama Bin Laden fue asesinado... del 28 de diciembre de 2.007).
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