Sadam Husein ha sido condenado a muerte por el tribunal de marionetas, que en Irak tenía que procurar que fuera condenado a muerte el dictator que en su día era soportado por EE.UU. Fijaos bien: la condena no es por todos los crímenes pasados de Sadam (y -¡claro está! - ciertamente no por sus intentos de hacer asesinar a Bush padre). No, esta condena (como lo resume el Washington Post) es por "torturar y ejecutar a más de 100 personas de una pequeña ciudad al norte de Bagdad hace 24 años", porque había "ordenado matar a 148 hombres y muchachos de la ciudad de Dujail".
Estoy impacientemente esperando al momento que se cite a George Doble-Mi ante el mismo tribunal de títeres. Es que, ordenando una guerra bajo falsos pretextos, ha causado la muerte (y la tortura - pensemos en los presos sin inculpar de Guantánamo) de muchas más víctimas (¡según recuentos recientes 650.000!)
Ya sabemos que EE.UU. ha amenazado con invadir La Haya en el caso de que allí el Tribunal Penal Internacional tuviera preso a cualquier estadounidense por crímenes de guerra. Como, sin embargo, el tribunal de Bagdad ha sido establecido por los mismos EE.UU., me parece bien probable que el régimen estadounidense esté convencido de su objetividad y legalidad. Esperemos pues que pronto se vayan a presentar querellas contra Bush por víctimas (y sobrevivientes de estas víctimas) de la invasión y la ocupación de Bagdad.
Por lo que respecta a los cómplices de Bush la situación es más sencilla. A ellos se les puede juzgar en Bagdad, pero también en La Haya. Me parece que para los políticos (los que aprobaron la participación -de cualquier forma- a la guerra) neerlandeses y de otras naciones en Europa será más agradable estar en una prisión de La Haya y no en Bagdad.
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