Esta tarde alrededor de las 15:00 estaba en el tranvía de Amsterdam, y precisamente en el momento que el tranvía salió del Leidseplein para la Leidsestraat, el tranvía-o-fono comunicó al conductor que los tranvías de las líneas 1, 2 y 5 (los que pasan por la Leidsestraat) tenían que hacer un desvío porque en la Leidsestraat había jóvenes lanzando piedras. 'Mi' tranvía no pudo echar marcha atrás, o sea que no había más remedio que pasar por la Leidsestraat - y lo que allí ví (gente de compras, turistas confusas que no entendían que los rieles son para el tranvía, más policías de lo normal) desde luego no incluyó a jóvenes lanzando piedras.
El ambiente en realidad ya había sido preparado antes por el conductor del tranvía, que no tenía inconveniente en comentar a hora y deshora que esos alumnos tenían que estar contentos de podir ir a clase, que había que detenerlos y que 'en mis tiempos' ciertamente se procedía diferentemente en esta clase de situaciones (pensé que se refirió al período de ocupación por los nazis en la Segunda Guerra Muncial, pero era demasiado joven para haber vivido entonces). A mi mayor asombro muchos pasajeros estaban de acuerdo con él - y sin embargo según sus acentos eran habitantes de lo que se considera como la ciudad más izquierdista de los Países Bajos, Amsterdam.
Estando ya en mi casa oí a las 17:00 en el boletín de noticias de la agencia de prensa ANP que los alumnos ya estaban volviendo a sus casas desde la Museumplein. Y eso que yo, ya antes de las 15:00 al pasar había visto que la Museumplein, excepto una extraordinaria presencia de policías antidisturbios y coches celulares no estaba diferente de otros días. No he mirado las informaciones en la tele, porque sin duda se habrán mostrado muchas fechorías de jóvenes - susurrándose probablemente los verdaderos motivos para la manifestación en el fondo de imágenes de alumnos enfadados, para que sobre todo nadie se enterase de lo que iba de verdad la manifestación.
No quiero sonar pesimista (normalmente no lo estoy), pero tal enfrentamiento no mejora mis expectativas para un futuro positivo (no tanto para mí mismo, ya que mucho de mi futuro -vista mi edad- ya lo tengo detrás mío), pero de verdad me pregunto si aún hay salvación para los Países Bajos - y en realidad para toda la Unión Europea. Cada vez se hace más patente que casi siempre la gente es demasiado perezosa, estúpida, vacía como para pensar por sí misma y se deja demasiado facilmente arrastrar por gritos sensacionalistas de bobos (tipo Wilders, Wiegel, Verdonk ['políticos' de ultraderecha] o la ministra Vogelaar, que cada vez consigue decir exactamente las cosas incorrectas, o las cosas correctas de manera incorrecta).
Otro triste ejemplo de esta mentalidad son las reacciones de los lectores en p.e. el Telegraaf [periódico de derechas] sobre la manera en que el corresponsal de la agencia de prensa neerlandesa GPD Olivier van Beemen fue atacado por jóvenes en un suburbio de París (mira también aquí). Un ejemplo característico [ortografía y sintaxis lo más que posible como en el original]:
Es su propia culpa. Ahora ese periodista izquierdista ha vivido de cerca lo que esos musulmanes significan en europa que la izquierda ha recogido masivamente. Wilders for President!¿Tiene sentido intentar meter un poco de sentido común en esas cabezas vacías? No tenemos porqué esperar que nos apoye la internacional neoliberal. A esa le interesan sobre todo los que sólo saber hacer una cosa, que sean diestros en su profesión y por lo demás sólo se preocupen por telenovelas, bobadas olímpicas y otras actividades deportoides, y que -claro está- quieran consumir lo más posible, porque los beneficios se han de maximalizar - aunque esto signifique que no quedan materias primas para nuestros nietos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario