Bajo el titular Su Majestad no es de envidiar Spits publica hoy (en su página 19) una carta, en la que un tal Willem de Tiel (con unos argumentos escalofriantes, por eso sólo menciono su nombre) afirma que "¡nuestra Reina desde luego no es de envidiar en nuestro antaño tan bonito país [...]!"
Es una completa tontería compadecerla, porque si está harta, sólo tendrá que marcharse. Y si al mismo tiempo se marchara con ella todo el resto de esa llamada 'casa real (por la gracia de dios)', podremos por fin volver al sistema de gobierno que los Países Bajos deberían de haber conservado desde hace siglos, la república (por la voluntad del pueblo).
Su Real Bea y el resto del club seguro que no tendrán que pasar hambre, porque con lo que se agarraron sus antepasados (p.e. en Indonesia) y con lo que se han ahorrado con trucos fiscales, no les alcanzará ninguna crisis.
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