La semana pasada se le ofreció al ministro Donner, nominalmente de asuntos sociales, tanto en el Spits como en De Pers la oportunidad de malgastar dos páginas para repetir sus mentiras sobre la necesidad de subir la edad de la jubilación. En De Pers al menos hubo espacio para que un catedrático (Harry Verbon, de la Universidad de Tilburg) nos ofreciera un número de argumentos opuestos, aunque tampoco él mencionó los verdaderos motivos de Donner (y en realidad ya de todos los régimenes neerlandeses desde los años 1980 cuando el primer ministro Dries van Agt inició su proyecto Bestek 81.
Desde ese momento los sucesivos gabinetes neerlandeses se han esforzado por destruir poco a poco la seguridad social que desde la Segunda Guerra Mundial se había venido construyendo en los Países Bajos. Así en varios pasitos se sacó el núcleo de la ley WAO (la "Ley sobre el Seguro contra la Incapacidad Laboral), hasta que ahora no ha quedado más que un juego de contabilidad, en el que ya no se tiene en cuenta la salud de uno que solicita una prestación de la WAO, sino su "capacidad de ganar". También la ley WW (Ley del Desempleo) ha sido vaciado mucho y los que podrían solicitar un subsidio asistencial, son obligados a trabajos forzosos, y la ley AWW (Ley acerca de las Viudad y los Huérfanos) se vio substituída por la ley Anw (Ley de los Supervivientes) que limitó en mucho el grupo de personas que pueden aspirar a una prestación para viud@s y huérfan@s.
Todas esas son medidas que han de llevar a que los trabajadores cada vez acepten con menos objeciones un salario reducido o un empeoramiento de sus condiciones de trabajo, ya que la alternativa demasiadas veces no consiste en más que en una prestación mínima y trabajos forzosos. Los que se aprovechan de ello, como es obvio, son los capitalistas, los explotadores, que ahora podrán meter en sus bolsillos aún más de la plusvalía (los beneficios) creada por los esfuerzos de los trabajadores.
Ahora que los patronos han comprendido que se puede negociar con los gabinetes neerlandeses (al fin y al cabo todos los ministros tienen un interés en que después de sus actividades nefastas en el gobierno puedan obtener un buen puesto en alguna empresa grande), cogen con ambas manos cualquier oportunidad de exprimir más aún a la clase obrera. Un tema favorito (que ya se estaba preparando antes de que el régimen neerlandés se pudiera imaginar que iba a producirse una gran crisis económico) ha sido la subida de la edad para la jubilación. La actual crisis sólo ha facilitado la imposición de esa subida.
En vez de tomar medidas para combatir la crisis, lo único que se hace es exprimir más aún a la clase obrera. Y con esas medidas ni siquiera me refiero a la liquidación del capitalismo, sino p.e. la anulación de los acuerdos sobre la compra de cazadores militares JSF, la prohibición de bonificaciones para los empresarios y los banqueros, la abolición de la monarquía y la utilización de los fondos ahorrados de esta manera para proyectos útiles. Y si los agarratodos amenazan con irse al extranjero, ¡que se larguen de una maldita vez! No hacen falta cabezas vacías para una sociedad sana.
No hay ninguna necesidad de que los mayores trabajen hasta una edad más avanzada por la enorme cantidad (sugerida) de puestos vacantes. Sobran los demandantes de primer empleo. Además con las técnicas actuales sería perfectamente posible y recomendable reducir la semana laboral a p.e. 30 horas. Y además se podría decidir restringir el consumismo: menos baratijas y artículos de mejor calidad. Además nos lo agradecería el medio ambiente: menos producción de CO2 y menos despilfarro de materias primas. Además si ya es difícil que una persona de 50 años encuentre un empleo, no cuesta nada imaginarse ya las posibilidades para una persona de 65 años.
La intención es simplemente la creación de un enorme grupo de desempleados, para que así las empresas puedan manipular a los trabajadores con aún mayor facilidad. Los desempleados son obligados a aceptar cualquier trabajo disponible (sino se les minimaliza más aún la prestación mínima) o son condenados a trabajos forzosos. Y todo eso con la bendición de los cristianofundamentalistas neerlandeses...
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