sábado, septiembre 26, 2009

Sí ¿cómo podría haber pasado?

No se le habrá escapado a nadie que hace unos días un piloto (Julio Alberto Poch) de la compañía neerlandesa Transavia fue detenido en España a solicitud de las autoridades argentinas, por su complicidad en los 'vuelos de la muerte' durante la dictadura argentina de Jorge Rafael Videla (durante cuya asesina dictadura, recuérdese, el padre [?] de Máxima Zorreguieta, la esposa del príncipe neerlandés Willem A., fue ministro). Véanse al respecto las informaciones del diario argentino Página 12, el español El País y el neerlandés Het Parool del día 24 de este mes, y de Volkskrant y NRC/Handelsblad del día 23.

Aunque por lo visto el pasado penal de Poch ya fue investigado en el año 2006, estas investigaciones sólo llevaron a una encuesta criminal. Esta encuesta será terminada en cuanto se transporte a Poch a Argentina para su procesamiento. (de Volkskrant del 25 de septiembre)

Lætitia Griffith, parlamentaria del partido conservador VVD no comprende cómo ha sido posible que desde hace años Poch ha podido pasar por la prueba de pilotos por el servicio secreto neerlandés AIVD y ha pedido que se lo explique el gabinete (Het Parool del 24 Ctes). En una investigación por el AIVD del año 2004 no se habría descubierto nada negativo de Poch (de Volkskrant del día 23)

A mí también me parece interesante su pregunta, pero mucho me temo que nunca vayamos a recibir una respuesta correcta. En este caso no sólo porque la banda de Balkenende se caracteriza por una política de mentiras y medias verdades, sino también porque el régimen neerlandés de turno, como ya lo está haciendo desde hace siglos (¡literalmente!), hará todo lo posible para proteger la 'casa real' neerlandesa. Basta recordar cómo el gabinete de Den Uyl salvó al príncipe Bernhard zur Lippe-Biesterfeld (el marido de la reina Juliana), cuando este se había dejado sobornar por la productora de aviones Lockheed, y en esos mismos tiempos incluso llegó a tapar completamente que también lo había sobornado la constructora de aviones Northrop. Para más escándalos de la vida de ese mismo príncipe os refiero con mucho gusto al libro reciente De prins kan me nog meer vertellen [El príncipe, que no me venga con más cuentos] por Gerard Aalders (2009, Editorial Elmar), o al libro, que ya sólo se puede encontrar en anticuariados, Prins Bernhard, een politieke biografie [El príncipe Bernhard, una biografía política] por Wim Klinkenberg (1979).

Cuando el príncipe Willem A. en 2002 se iba a casar con Máxima Zorreguieta rápidamente se supo que su padre se había manchado las manos durante la dictadura militar de Jorge Rafael Videla (1976-1983), pero por supuesto eso no se le pudo reprochar a Máxima. Cuando se casaron a papá Zorreguieta (formalmente) se le había prohibido que asistiera, pero Su Real Bea no tenía inconveniente en presentarse públicamente con esa personalidad sospechosa (ver p.e. mi artículo
Sí, ¿qué hizo en realidad Bea en Argentina? del 14 de abril de 2006). E incluso no me parecería imposible que su padre, el príncipe Bernhard (a quien le encantaban las aventuras) hubiera estado presente en uno de esos 'vuelos de la muerte' y que Poch había amenazado con hacerlo público - pero está claro que esto no es más que una posibilidad teórica, de la cual no dispongo de ninguna información.

De todos modos no me parece nada improbable que las indagaciones en los crímenes de guerra de Poch habían sido ejecutados tan elaborada y cuidadosamente que aún faltarían años hasta que se hubieran podido sacar conclusiones, para así evitar que se pudiera añadir otro escándalo al libro negro de los Oranje, la 'casa real' neerlandesa...

Sin embargo sigue siendo curioso que en España sí se detiene a criminales de guerra de dictaduras en otros países (Poch es el segundo argentino detenido), mientras que los criminales y los cómplices del propio pasado español, de la dictadura de Franco, siguen impunes, como p.e. Manuel Fraga Iribarne, que hasta el año 2005 presidía la Xunta de Galicia...

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