Está claro que a George W. Bush sólo le queda poco tiempo para realizar por lo menos un pequeño éxito, para darle un poco de color a su imagen supermala. Hasta ahora no ha conseguido gran cosa - o tal vez precisamente sí.
Con gran éxito ha conseguido convertir el superávit presupuestario que le dejó Bill Clinton en un déficit sin fondo, y ha sumido el mundo en dos guerras mortíferas, de las que incluso él debería de comprender que nunca las podría ganar.
Y tiene el récord de ser el presidente estadounidense más impopular de todos los tiempos.
Hace algún tiempo aún acariciaba la idea de atacar Corea del Norte, pero parece haber decidido renunciar a la idea, por no poderse predecir la reacción de la China. Por eso ahora le queda como única opción un ataque a Irán. Sería aún más estúpido que los ataques a Irak y Afganistán, pero para evitar estupideces hay que ser inteligente...
Desde hace algún tiempo el régimen de Bush está acusando Iran de poseer, o al menos de estar produciendo, o al menos estar preparando la producción de armas nucleares de destrucción masiva, aunque varios servicios secretos estadounidenses ya están informando desde el año 2003 que no existen tales armas, producciones o preparativos.
En este momento los medios de comunicación controlados están realizando una campaña para convencer a las masas de que quizás en este momento no haya ningún peligro, pero que sin duda existen planes para la producción a breve plazo de armas nucleares de destrucción masiva. Así p.e. el ministro de guerra estadounidense, Robert Gates, hizo un llamamiento a los estados del Golfo Pérsico a colaborar para combatir las ambiciones nucleares de Irán. (NOS Teletekst ayer)
Todo eso mientras que los Estados Unidos son la única nación del mundo que ha utilizado armas nucleares en un contexto bélico, la única nación que ha utilizado enormes cantidades de armas químicas en una guerra -la del Vietnam- (¡y que suministraba componentes para armas químicas al Irak de Sadam Husein!), la única nación que desde que el mundo es mundo ha estado orquestando golpes de estado por todas partes para poder mantener el control.
Después de la necesidad de desviar la atención de los fracasos militares en Irak y Afganistán, y además del urgente deseo de también poder controlar el petroleo iraní, ahora ha aparecido una nueva 'justificación' de un ataque a Irán: el país ha terminado completamente la venta de petróleo contra dólares US ("papel sin valor" en palabras del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad). El mes pasado el director de relaciones internacionales de la empresa petrolífera del estado ya había hecho saber que la mayor parte de los ingresos por el petróleo eran en euros y -aunque en menor medida- yenes japoneses. (Reuters ayer)
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