viernes, diciembre 07, 2007

"La tolerancia es una ilusión" sin una enseñanza adecuada

La ministra Vogelaar (de Integración, entre otras cosas) se siente defraudada. Había esperado poder cambiar el rumbo del 'debate de la integración', para que diminuyera el abismo entre los inmigrantes y los autóctonos. Había pensado -según declaró ayer en un congreso en Amsterdam- que en los Países Bajos había más tolerancia. (Spits de hoy)

Estos últimos meses en su afán de estrechar ese abismo, por desgracia muchas veces ha dicho precisamente las cosas equivocadas, cosas que los xenófobos (cuyo representante principal es Geert Wilders) podían agarrar sin problemas para precisamente ensanchar ese abismo.

¡Que la ministra no se haga ilusiones! La tolerancia no aparece cuando se dice que hace falta que exista. Al menos no mientras que grandes partes de la población neerlandesa no sean capaces de pensar por su propia cuenta, por lo que se dejan engañar y arrastrar demasiado fácilmente por las majaderías de cántaros vacíos, que con sólo aire hacen ruido. No quiero ir tan lejos como para recordar cómo Adolf Hitler culpaba a los judíos de todo lo que no estaba bien en Alemania, pero el pensamiento se impone...

Puede haber tolerancia, cuando la gente utiliza su inteligencia para p.e. no enfatizar las diferencias entre unos y otro, sino las coincidencias; no aislandose de los 'otros', sino intercambiando unas palabras con uno de esos 'otros' (en la frutería, la parade del autobús, la sala de espera del médico de cabecera).

Un requísito importante para que se pueda utilizar la inteligencia innata es que esta inteligencia sea estimulada por los padres, pero en gran medida también en las escuelas. Allí es donde en mi opinión se encuentra el gran problema de una gran parte de la catastrófica situación en los Países Bajos. La enseñanza es (y siento que lo tenga que señalar una y otra vez) un desastre total, por lo que -a pesar de los grandes esfuerzos de muchos profesores de sacar de ella todo lo posible- parece imposible estimular suficientemente la inteligencia de los alumnos.

Mientras que el régimen neerlandés no se percate de la necesidad de mejorar la enseñanza (a pesar de sus promesas proclamadas a todo gas de mejorarla, lo único que hace es sacar el dinero para esas 'mejoras' de otros sectores de esa misma enseñanza), la ministra Vogelaar más vale que no cuente con más tolerancia en los Países Bajos. Y nosotros no tenemos por qué esperar que los bocazas como Geert Wilders sean puestos en sus sitios. Gente de su calaña sólo sirven para gritar que no son tontos en anuncios televisados de MediaMart o para convencer a posibles compradores en algún mercado de que sus panaceas pueden reanimar cualquier planta y/o quitan cualquier mancha. Sólo son unas sugerencias.

Me temo que el régimen neerlandés (como todos los demás regímenes neoconservadores) no tenga ninguna gana de permitir que el pueblo pueda pensar por su propia cuenta. Es precisamente necesario para su 'filosofía' de maximalizar los beneficios que las masas se dejen manipular. Para ello sobre todo se ha de crear una sensación de miedo (terrorismo, cambios climatológicos, amenazas del 'orden público'), a raíz del cual la población se deja arrinconar más fácilmente (la intimidad del ciudadano y sus derechos están bajo una creciente presión; el ciudadano acepta que se le quite su dinero para p.e. todo tipo de innecesarios impuestos ecológicos).

Gracias a la prensa asimilada la población siempre y por todas partes oye las mismas mentiras o semimentiras y 'verdades' manipuladas, por lo que el ciudadano medio aporreado por ellas se deja arrastrar demasiado fácilmente por las sandeces simples y ligeros de digerir de demagogos como Pim Fortuyn, Rita Verdonk o Geert Wilders, o por las bobadas de Balkenende y Bos.

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