viernes, diciembre 28, 2007

Pakistan: ¿Quién asesinó a Benazir Bhutto?

El siguiente artículo, escrito por Donkerdoorn, se ha publicado hoy en su versión original (en neerlandés) en el blog Zaplog:

„Estáis creando un Frankenstein“, dijo la entonces primer ministra de Pakistán Benazir Bhutto en su tiempo al presidente estadounidense George H. W. Bush. Bhutto se estabe refiriendo al poder y la fuerza de los movimientos islamistas extremistas en su país, que fueron protegidos y alimentados por los estadounidenses y su propio servicio de seguridad ISI. Frankenstein finalmente terminaría la vida de Bhutto con pistoletazos y una bomba el 27 de diciembre de 2007. Bhutto, cuya familia conocía una larga y tragica tradición en la política pakistaní, representaba con su partido, el PPP (Partido Popular Pakistaní), la dirección moderada en el Pakistán. Su carrera y su presidencia sucumbieron sin embargo bajo escándolos de corrupción en la mitad de los años 1990. Este año reapareció en la política pakistaní a manos del diplómata profesional estadounidense John Negroponte. Con consecuencias fatales. Bhutto era vista como una prolongación de la voluntad de Washington, forzado a un matrimonio político con "nuestro hombre en Islamabad", el presidente-dictador Musharraf. Con la muerte de Bhutto la realización de las próximas elecciones Pakistaníes se ha hecho extremamente insegura. Ha significado el fin del „plan Negroponte“.

„Hemos eliminado el "asset"[activo] más importante de EE.UU., que había jurado destruir a los muyihadin", según Mustafa Abu al-Yazid, portavoz del llamado "Al Q'aida para operaciones afganas". La declaración de Abu al-Yazid se aproxima a reivindicar el atentado contra la ex primer-ministra de Pakistán Benazir Bhutto. Ya desde su vuelta al territorio pakistaní los elementos extremistas pakistaníes la habían estado siguiendo. Así inmediatamente después de su llegado apenas si se escapó de un atentado muy potente. La explosión de una bomba costó al menos la vida a 120 personas. Después de este atentado Bhutto sugirió que el servicio pakistaní de seguridad, ISI, no se tomaba su protección muy en serio.

El alto puesto de Bhutto en las listas de personas a matar de varios grupos, incluso tal vez la del mismo presidente Musharraf, se debía sobre todo a su relación con Washington y sus esfuerzos para la estadounidense guerra-contra-el-terror. Su vuelta a Pakistán se orquestaba cuidadosamente desde Washington, para lo que el diplómata estadounidense John Negroponte hacía de contacto entre Musharraf y los planes del gobierno de Bush. La misión de Bhutto consistía en: reunir detrás de ella a los elementos política y religiosamente moderados de Pakistán para llegar a constituir el gobierno pakistaní en cooperación con Musharraf. Con Bhutto los EE.UU. esperaban tener "más botas estadounidenses en territorio pakistaní" y un mejor control en las zonas limítrofes con Afganistán... y quizás incluso el estacionamiento de tropas de la OTAN en Pakistán.

Eso explica parcialmente la actitud negligente de la ISI y del ejército pakistaní con respecto a la protección de Bhutto. Grupos extremistas como los Taliban, Muyihadin y "Al Q'aida" recibieron o reciben apoyo directo desde la cima militar pakistaní o son precisamente el producto de la realpolitik pakistaní (estadounidense). Dentro de la complexa sociedad pakistaní, con tribúes y poderosos latifundistas, hay grupos que funcionan como el brazo fuerte del ejército o el servicio de seguridad. Los Taliban, Harakat-ul-Jihad-ul-Islami y Lashkar-e-Jhangvi p.e. vienen directamente de los tableros de dibujo del ISI.

Con la venida de Bhutto, y la voluntad de Washington, ciertos iban a perder su poder, control y dinero. No en último lugar el mismo presidente Musharraf, que vio la aparición de Bhutto, a pesar del arreglo con EE.UU. como una amenaza directa a su poder. Bhutto criticaba vehemente la manera de como Musharraf enfocaba los grupos extremistas y se oponía diametralmente a su decisión de declarar el estado de emergencia (golpe de estado número dos).

Por otra parte Musharraf necesita(ba) a Bhutto y su partido para dar la necesaria legitimación a su gobierno. Con Bhutto a bordo el presidente podría finalmente sacar del atolladero el poder jurídico pakistaní y conseguir que la abogacía revoltosa se pusiera de su lado. Sin embargo con la muerte de Bhutto hereda precisamente más inestabilidad y caos en su país.

La pérdida de Bhutto significa un golpe para la estrategia estadounidense en Pakistán. Aunque se destaquen más tropas operacionalmente para acciones "contra-insurgencia" (entrenamiento del ejército, tribúes), la influencia política de EE.UU. sigue limitándose al inestable Musharraf, un semi-dictador impopular que obviamente no conseguirá que los extremistas del ejército y del ISI se pongan del lado de Washington. Irónicamente es a Musharraf a quien ahora le toca proteger Pakistán de un caos completo.

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