El 10 de diciembre tuvo lugar un debate en la Segunda Cámara, en el que Hirsch Ballin, ministro de Justicia (del partido cristianofundamentalista CDA) [¿o ministro del CDA de Justicia, o ministro de la justicia del CDA?] podía explicar para qué había que ampliar la aplicabilidad del actual artículo 137 del Código Penal [neerlandés], de modo que, más que el actual artículo 147, se podría perseguir cualquier forma de insulto (ver p.e. el Reformatorisch Dagblad del 11 de diciembre).
Está claro que el concepto 'insulto' es tan elástico como el actual artículo 137, que penaliza la 'blasfemia', ya que es inconcebible que puede ser punible insultar una entidad no-existente (no-demonstrada, lo que implica lo mismo). Como si se pudiera insultar al lobo de Caperucita Roja... ¿Cómo entonces sí se podría insultar el mago máximo del llamado libro sagrado de los cristianos?
Hirsch Ballin le prestaría un servicio mucho más grande a la población neerlandesa (y la mundial), si persiguiera, basándose en el actual artículo 147, al papa Rata, alias Benedicto VI, quien ayer dijo en su discurso de navidad que era igual de importante salvar el mundo del 'comportamiento' homosexual y transsexual que protegerla de la desaparición de las selvas tropicales (ver p.e. NRC-Handelsblad y El País de ayer). Personas con mucho aguante, pueden encontrar el texto completo del discurso (en italiano y alemán) a través del Osservatore Romano, la publicación propagandística del Vaticano.
Ya que este peligroso travestí tiene la intención de convencer por lo menos a todos los católicos neerlandeses de sus ideas discriminatorias (impulsando así al odio y la agresión), opino que se le podría (y debería) perseguir también en los Países Bajos. Así, Hirsch Balli, a ver si nos demuestras lo que vale el estado de derecho neerlandés...
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