domingo, diciembre 07, 2008

¿Qué dinero?

El artículo siguiente, escrito por Dennis Rodie, fue publicado en Konfrontatie Digitaal, bajo el título original de "Wat geld?":



¿Te ha pasado alguna vez que querías pagar por algo y que el comerciante se negó a venderte el producto? Me encontré en una ferretería y quería comprar una cajita de clavos, tenía mi dinero en la mano, pero la señora detrás del mostrador negó con la cabeza. Es una tienda que no frecuento mucho, pero en el pasado compré algunas cosas allí, sin problemas por eso. Y no era por el color de mi piel, mi religión, mi sexualidad, mis preferencias políticas, mi estilo de vestir, mi olor corporal, un pasado criminal, ni cualquier otro prejuicio que me pudiera imaginar por el cual en toda la historia de la humanidad se le hubiera negado algo a alguien. Ni siquiera era un Buy Nothing Day. No, era porque yo tenía dinero. El dinero ya no se permitía en esta tienda. Es decir, el dinero al contado. Ya sólo se podía pagar con una tarjeta de pago, y algo ingenuo pregunté cuándo iba a volver la caja. Que no... había desaparecido definitivamente del mostrador, me explicó. ‘Sé flexible, tía, toma el dinero que tengo en la mano y véndeme esos malditos clavos’, pensé. Pero nada, no tenía más remedio que dejar la cajita en en la repisa y salir de la tienda sin clavos.

Es una tendencia creciente y cada vez me ocurre en más tiendas que tengo que buscar una caja que aún acepta dinero al contado. Los supermercados y almacenes se están convirtiendo en bancos. Por fin han conseguido encajar al consumidor una tarjeta de plástico sin valor, gracias a todo tipo de regalitos y ventajas inventadas como cebos y amenazando a los que se niegan. Es que los bancos no quieren que tu dinero salga de su banco. Antes – no sé cómo funciona hoy en día – se podía abrir una cuenta de ahorros, depositar allí cierto importe de dinero y comprometerte a dejarlo allí para uno o más años. Así podías obtener más intereses. Cuánto más tiempo el banco pueda gestionar tu dinero, tanto más puede invertir y hacer negocios con tu dinero. Así pues, para evitar que te largues con tu dinero, cada banco distribuye tarjetas y les atribuye cierto valor. Sin el banco esta tarjeta no vale nada. Y cuando el dinero ya sólo consiste en bits y bytes, es fácil moverlo. Donde falta se puede añadir y es fácil tener a los inversores bajo control. El futuro no existe; es el ahora lo que cuenta.

No hace falta ser un experto económico para saber que la elasticidad de cualquier goma tiene su límite. El sistema piramidal de los bancos está tambaleando. Y como el gobierno en su día empezó una relación extramarital con el empresariado y la industria, de pronto no va bien la economía y los gobiernos mueven dinero hacia los bancos. Con tal de que todo cuadre en el papel. Lo que después salga mal, será de resolver por otra generación.

Se escribe mucho del medio ambiente, de que la gente debería de utilizar menos el coche, gastar menos electricidad, pero si la gente decide a comprar y conducir menos, tampoco está bien. ¿A qué le dan más importancia las autoridades? ¿Al dinero o a un medio ambiente en el que se puede vivir?

Traducido por Entrelector y publicado con permiso del autor.

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