lunes, diciembre 01, 2008

El santo árbol amarillo

Copiado de «Het Vrije Volk», con permiso del autor:



Koos ya había hecho un largo viaje con sus doce hijos, cuando después de travesar una cadena de colinas tuvieron ante sus ojos un ancho valle. Una maravillosa llanura verde de kilómetros y kilómetros. Miró el círculo de sus hijos y vio que también ellos estaban gozando del panorama. Respiró hondo y dijo: "Aquí nos vamos a quedar, muchachos."

Los días siguientes daban vueltas por el valle, inspirando el delicioso aroma de la hierba y de las flores. Koos decidió ordenar el valle a su gusto. Exactamente en el centro delimitó un terreno de 5 x 5 kilómetros. Les dijo a sus hijos: "Aquí viene nuestro bosque." Y así se hizo. Plantaron una fila de mil árboles con un espacio de cada vez 5 metros entre ellos. Eso lo volvieron a hacer tres veces más de modo que el borde del bosque lo habían llenado con 4.000 árboles. Luego llenaron el interior del bosque, haciendo lo cual hacia el centro colocaron los árboles un poco más juntos. Así en el centro les quedó un espacio abierto. Tenían ahora un bosque de un millón de árboles.

En el centro del espacio abierto Koos creó una pequeña elevación. Allí plantó 13 árboles. Un árbol exactemente en el centro del bosque y alrededor de éste un círculo de 12 árboles, uno para cada uno de sus hijos. Su propio árbol lo denominó el 'santo árbol amarillo'. Todos los árboles eran verdes, también el árbol de Koos, pero les dijo a sus hijos que era amarillo. Primero le miraron un poco asombrados, pero como insistía repetieron que el árbol de Koos era amarillo.

Alrededor del bosque Koos construyó doce viviendas, uno para cada uno de sus hijos. Así hubo tres a cada lado del bosque. Juntos cuidaban el bosque. El primer día de cada mes los doce hijos de Koos se dirigían al centro del bosque. Klaas, el hijo mayor, había sido designado como su lugarteniente y maestro de ceremonias. Una vez que habían llegado todos los hijos con sus esposas e hijos se colocaban en un círculo alrededor del árbol 'amarillo'. Koos estaba sentado bajo ese árbol, bajo su follaje verde. A una señal de Klaas exclamaron doce veces lo más fuerte que podían: "ESTE ÁRBOL ES AMARILLO." Para cada uno de sus hijos exclamaban una vez. El bosque retumbaba.

Pasaron los años y Klaas 2 siguió a Klaas 3 y actualmente Klaas 382 es el lugarteniente. Todavía se dirigen al espacio abierto del bosque en procesión el primer día de cada mes. El árbol de Koos se ha convertido en un gran árbol gigante, viejo y nudoso. A pesar de su alta edad sigue teniendo bonitas hojas verdes. Eso no impide que toda la descendencia de Koos ejecuta su ritual. Hasta muy lejos del bosque se puede oir cuando a una señal de Klaas 382 se repite doce veces su exclamación: "ESTE ÁRBOL ES AMARILLO."

Los demás días del mes los seguidores de Koos se reunen para contarse cada vez de nuevo la historia de Koos y sus doce hijos. La historia también se ha puesto por escrito y todos siempre llevan consigo ese librito. En el curso de los tiempo de vez en cuando ha habido 'renegados', que no creían que el árbol de Koos era amarillo. Cuando eso llegaba a los oídos del consejo de Koos se convocaba al renegado ante el consejo. Al renegado - alguna vez también era una renegada - se le ofrecía una oportunidad para confirmar que el árbol de Koos era amarillo. La mayoría se curaba en salud, arrodillándose y exclamando doce veces: "El árbol de Koos es amarillo." Entonces se les otorgaba el perdón y volvían a formar parte de la comunidad. Para los obstinados el final era menos agradable. Las manos atadas les llevaban a un sitio a unos kilómetros del bosque. Allí se encontraba un gran tajo. Una vez llegado allí se preguntaba si el renegado seguía negándose a confirmar que el árbol de Koos era amarillo. Si insistía en su actitud herética se le decapitaba. El cadáver no podía ser enterrado en el cementerio de la tribú, por eso se incineraba.

Aliviadas las doce tribus de los fieles continuaban su vida. Cada primer día del mes se deleitaban viendo que todavía permanecía allí el siempre verde árbol de Koos. Les encantaba exclamar allí a toda voz: "ESTE ÁRBOL ES AMARILLO." Se espera que este ritual se seguirá ejecutando por los siglos de los siglos.

Adaptación libre del evangelio de Koos.

Autor: Th.M. van Baarle (publicado el 29 de noviembre de 2008); traducido por Entrelector.

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