Al lado del Sudán que conocemos de las imágenes de guerra y de hambre de Darfur, del Sudán que conocemos por la expulsión de Jan Pronk, el representante de las Naciones Unidas, también hay un Sudán totalmente diferente. El New York Times de hace unos días publicó un artículo sobre las increíbles riquezas en la capital, Khartúm, donde la gente sólo se burla del embargo de Occidente contra el país. De esta manera el país no se puede aprovechas de los beneficios que ahora p.e. gozan la China, Malasia, la India y los Emiratos Árabes Unidos.
Una solución para los actuales problemas no me podría imaginar, mientras que la situación en el mundo mismo no cambié. El artículo sí muestra que muchos los negociantes sudaneses tienen miedo de que 'occidente' consiga convencer a sus relaciones comerciales a participar en el boicot.
De hecho, claro está, se trata aquí de lo mismo que está pasando en el mundo entero. La parte rica explota y mata de hambre a la parte pobre y los pobres también quieren una parte de las riquezas, pero sobre todo una existencia digna y humana. Pero, ¿porqué compartirían los sudaneses su prosperidad con los pobres de su país, si el rico occidente también se la queda toda para sí mismo y si en los mismos países de occidente las diferencias entre los pobres y los ricos cada vez se acentúan más?
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