En el centro de Valencia este último miércoles los espectadores se vieron obligados a abandonar la sala, cuando a uno de ellos se le había dado el tembleque al descubrir una mochila misteriosa en una butaca.
La policía examinó la mochila sin descubrir nada sospechoso en el interior. Resulta que el propietario se había ido al lavabo y mientras tanto había colocado la mochila en la butaca. (El Periódico de anoche)
Lo que me sorprende es que por lo visto nadie había visto el dueño de la mochila, pero sí se dió cuenta de la mochila.
¡Muchas gracias, mister Bush & compinches!
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