Hace unos años el partido de Bush & Bush no sabía cuánta energía invertir para enfatizar el sitio poco habitual donde Bill Clinton guardaba sus puros - por no saber cómo ridicular su política.
Ahora son castigados ellos mismos con un fuerte escándalo sexual en torno al republicano Mark Foley (de Florida), por lo cual los esfuerzos de Bush para presentar a los Demócratas como unos blandengues en la lucha contra el terrorismo quedan en aguas de borrajas. Esto llega a muy mal momento para los Republicanos, porque el día 7 de noviembre habrá elecciones de medio mandato (en el que se eligen todos los miembros de la Cámara de Representantes, la 3ª parte de los miembros del Senado y los gobernadores de 36 estados. (Reuters, ayer)
Con un poco de suerte se hace realidad el refrán de que quien a la pez se llega, algo [esperemos que mucho] se le pega, y que los Republicanos pierdan mucho del poder que en estos momentos ejercen sobre la política estadounidense y mundial, a no ser - claro está - que vuelvan a ocurrir 'errores' en las urnas electrónicas.
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