Para nosotros, los hispanohablantes, una coma es un signo gráfico utilizado para indicar una pausa breve que se produce dentro de una frase. A su vez, utilizamos en ocasiones dos comas para hacer cualquier comentario, explicación, o precisión, sobre algo de lo que hemos dicho o escrito.
Llegados a este punto, entenderemos que como hemos comentado en otras ocasiones sea necesario, o incluso (en algunos sectores sociales) casi imprescindible, utilizar de manera precisa el lenguaje para no crear o dar pie a malas interpretaciones.
Otra semana más, le ha tocado el turno al gobierno de Bush. Me refiero con esto a que ustedes saben que estamos en época de precampaña electoral (noviembre es el mes elegido para las elecciones) y que en estos días todos y cada uno de los candidatos están, más que nunca, en el punto de mira de millones de lectores y espectadores. Esto es una suerte para muchos de nosotros y un inconveniente para muchos de ellos (los políticos). Durante escasos días, entre insultos y desprestigios arbitrarios de candidatos de uno y otro lado, debemos leer y escuchar entre líneas porque ahí está el verdadero meollo de la política. Por ejemplo; hace casi diez días, George Bush dijo una frase que ya había utilizado en una entrevista para la CNN: “Vamos a ayudar a los iraquíes. Hay que recordar que doce millones de ellos votaron en las elecciones de diciembre de 2005. Ahora nos parece que han pasado diez años, pero cuando se escriba la historia será simplemente una coma”. Cuando hace cuatro días, en Arizona, el presidente de Norteamérica volvió a referir la misma historia casi citándose a sí mismo y apuntó: “Cuando se escriba este capítulo de la historia será una coma: los iraquíes votaron, coma, y EEUU entendió que Irak era un frente central en la guerra contra el terrorismo y ayudó a que aquella joven democracia floreciera”.
Señores lectores: Lo que realmente sucede cada vez que leemos una noticia de estas en la que se hace referencia a la torpeza de Bush es que no terminamos de asumir que un tipo que gobierna un país tan grande como Norteamérica pueda proferir impunemente frases de este tipo sin que haya al menos unos cientos de personas que no sólo se echen las manos a la cabeza por la burrada dicha sino por la pasividad de los oyentes que rodean a Bush.
Parece obvio, como explicaba el jueves Tony Snow (portavoz de la Casa Blanca), que Bush no se refería a que la guerra de Irak fuese una coma en la historia de la humanidad y también es muy posible que tampoco se refiriese a que el periodo que va de las elecciones iraquíes hasta ahora mismo sí que podía ser una coma en la historia. Es francamente probable que no se refiriese a nada porque dudo que sepa referir (y a estas alturas parece que no soy la única que mantiene esta creencia).
Es obvio que Bush y su administración han de seguir utilizando las bazas de la seguridad y del terrorismo para mejorar sus perspectivas electorales (seguro que ustedes han leído, también, que quieren levantar un muro en la frontera con Méjico).
Es obvio, al menos desde Europa, que la oposición no debería callarse como lo hizo en el 2002 y en el 2004 porque la reflexión sobre la guerra de Irak, sobre el levantamiento de muros, sobre los datos de los pasajeros aéreos, pesa mucho en la opinión pública y porque los ejemplos y los actos elegidos por el gobierno actual norteamericano no están siendo los más afortunados ni los más acertados para la empresa que pretenden llevar a cabo. Supuestamente, ganar las elecciones. ¿No creen?
Es un hecho que la guerra de Irak, in situ, ha matado “oficialmente” (no quiero pensar cuántos no estarán ni en los papeles) a más de dos mil quinientos norteamericanos, herido a más de veinte mil y cercenado a decenas de miles de iraquíes.
Es un hecho, y desde aquí sabemos y podemos explicarlo, que el gobierno actual norteamericano, con Bush a la cabeza como presidente, no está cometiendo exclusivamente fallos gramaticales de puntos y comas. Se trata de una administración que no funciona, de un gobierno que debe cambiarse, de un momento histórico posible para el cambio de rumbo de Norteamérica. ¿A qué se espera?© Cristina Caramés Espada (columnista del Diario de Ferrol); publicado con permiso de la autora.
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