¡Y eso por supuesto también se aplica a los regímenes criminales!
Es por consiguiente completamente inaceptable que al ministro neerlandés de Asuntos Exteriores Maxime Verhagen no se le "ocurriría ni en broma" admitir en los Países Bajos a ex-presos de Guantánamo (PM, 23 de enero), por mucho que el nuevo presidente estadounidense sugiera que sin que les admitan otros países no podrá cerrar el campo de concentración. Se trata de unos 60 presos, cuya inocencia ya se ha establecido, pero que no pueden volver a sus países de origen, porque allí serían perseguidos. (Human Rights Watch, 9 de enero)
Desde luego es absurdo que los Estados Unidos ya de antemano no estén dispuestos a admitir a estas víctimas de su propia política criminal (aunque me puedo imaginar perfectamente que las mismas víctimas no querrán tener nada que ver con esa nación), pero eso no quita que también los Países Bajos (e Italia, España, Polonia, la Gran Bretaña y los demás países cómplices - al menos los gobiernos de estos países) carguen con una parte de la responsabilidad por su participación en las guerras coloniales Bushianas "contra el terrorismo".
Lo más razonable me parece que EE.UU. durante p.e. un año no gasten dinero en ayudas a Israel y que este mismo dinero -como una indemnización- se distribuya entre estos inocentes, aunque está claro que las consecuencias de muchos años de torturas, humillaciones y encarcelamiento nunca se podrán curar. Estos pobres ex-presos entonces podrán, con este dinero, intentar reanudar su vida en un país cómplice, seleccionado por ellos mismos, y para esa nueva existencia habrán de recibir del país seleccionado toda la ayuda posible e imposible para que el resto de sus vidas sea lo más humano y digno posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario